Con poco más de 18 grados centígrados, se marcó un nuevo récord en casi 60 años de registros de la temperatura.
A la ola de calor global se la siente incluso en los polos. La Antártida registró ayer la temperatura más alta desde que se tienen registros (1961).
El termómetro marcó los 18.3° en la zona donde está instalada base Esperanza. La útlima vez que se llegó a una temperatura similar fue hace casi 5 años, en marzo de 2015. En aquella ocasión la temperatura llegó a los 17.5°.
La Base Marambio también registró en las pasadas horas la temperatura más alta para un de mes de febrero desde 1971. Alcanzó 14.1°C y superó los 13.8°C del 24 de febrero de 2013.
Hay una razón muy importante para que esto sea preocupante. De tenerse temperaturas altas constantes, no sucederá otra cosa que el deshielo.
La Antártida tiene una superficie de 14 millones de kilómetros cuadrados, su manto de hielo tiene un grosor de unos 4,8 de kilómetros y contiene el 90% del agua dulce del mundo. En caso de que se fundiera ese hielo bastaría para subir el nivel del mar en unos 60 metros.