Las sentencias, dictadas en diferentes tribunales, establecieron penas de 6 y 14 años de prisión efectiva para los agresores. Los casos salieron a la luz gracias a la valentía de las víctimas, quienes pudieron denunciar los hechos años después de ocurridos.
Entre los casos y condenas informadas por el Poder Judicial de Salta en las últimas horas, destacan dos situaciones aberrantes que tienen más de una situación en común: ambas fueron protagonizadas por hombres, adultos, que en su condición de padrastros en dos familias distintas -una en Capital y otra en el norte salteño- perpetraron atrocidades contra menores de edad. Además, en ambos casos se sospecha de la complicidad de las madres.
En el primero de ellos, un tribunal condenó a seis años de prisión efectiva a un hombre de 54 años por abusar sexualmente de su hijastra durante varios años mientras convivían en los barrios Bancario y Grand Bourg. Los hechos comenzaron en el año 2000, cuando el agresor, tras darle su apellido a la víctima y su hermana, inició una serie de abusos que incluían tocamientos impúdicos y actos de índole sexual mientras se encontraban a solas.
La víctima, quien realizó la denuncia siendo mayor de edad, relató que durante su niñez intentó alertar sobre la situación de diferentes maneras. En una ocasión escribió en su diario personal «Padrastro te odio. Gordo violador», mensaje que fue descubierto por su madre, aunque en ese momento no se atrevió a revelar los abusos por vergüenza y temor.
La Sala V del Tribunal de Juicio, a través de la jueza Mónica Faber, ordenó el traslado inmediato del condenado a la Unidad Carcelaria 1, además de disponer su inscripción en el Banco de Datos Genéticos. El tribunal consideró probado el delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo, la guarda y la convivencia.
En un caso separado, la Sala I del Tribunal de Juicio de Orán sentenció a 14 años de prisión efectiva a un hombre de 29 años por abusar sexualmente de su hijastro cuando este tenía entre 7 y 8 años. El caso salió a la luz durante una clase de Educación Sexual, donde el menor reveló los abusos sufridos a su maestra.
El juez Aldo Primucci encontró al acusado culpable de abuso sexual con acceso carnal continuado agravado por la guarda y la convivencia preexistente con un menor de 18 años. El condenado cumplirá su sentencia en la Cárcel 3 de Orán, y también se ordenó su inclusión en el Banco de Datos Genéticos.
La justicia además dispuso investigar a la madre del menor por posible falso testimonio, ya que según el relato de la víctima, ella tenía conocimiento de los abusos pero le ordenó callar bajo amenazas de golpes por parte del padrastro. El padre del niño fue quien finalmente realizó la denuncia formal en Colonia Santa Rosa.