Una redada tuvo lugar en el departamento San Martín: decenas de allanamientos en distintos municipios y casi una docena de detenidos más el secuestro de armas de fuego y sustancias ilícitas. El jefe policial calificó a las viviendas allanadas como «bunkers».
La Dirección General de Investigaciones, en conjunto con áreas operativas y unidades especiales de la Unidad Regional 4, ejecutaron una serie de procedimientos judiciales en respuesta a numerosas denuncias por delitos contra la propiedad en la región de Tartagal. Las fuerzas de seguridad convergieron en la ciudad norteña y realizaron una treintena de allanamientos en los municipios de Salvador Mazza, Mosconi, Cornejo y el propio Tartagal, tras recibir múltiples reportes de los vecinos.
Durante el operativo, las autoridades detuvieron a 11 personas y secuestraron 4 armas de fuego, sustancias ilegales y diversos elementos relacionados con el tráfico de cobre robado. El jefe de la policía provincial, Miguel Ceballos, destacó la importancia del procedimiento al afirmar que «se desarticuló un negocio detrás de la sustracción de cobre».
Ceballos también resaltó las dificultades enfrentadas durante los allanamientos, explicando que «las viviendas estaban acondicionadas como bunkers, lo que dificultó la tarea y generó demoras al irrumpir de forma violenta, alertando a los delincuentes para que intentaran huir». Sin embargo, el jefe policial descartó la existencia de una banda delictiva organizada, sugiriendo que se trataría de un conjunto de personas que no necesariamente trabajaban en conjunto.
En cuanto al aumento de la inseguridad en la provincia, Ceballos reconoció que «este tipo de situaciones tiene que ver con el incremento de la violencia a la hora de delinquir», y aseguró que las fuerzas de seguridad están trabajando en implementar medidas más efectivas para combatir este flagelo.
