Tras el enojo con los mandatarios a quienes culpa del fracaso de su Ley Ómnibus, desde Nación se anunció que eliminarán el Fondo Compensador del Interior que el año pasado repartió $102.000 millones para contener el precio del boleto en las provincias.
El comunicado lo difundió la Secretaría de Transporte y la consecuencia práctica del anuncio supone que los subsidios al transporte público del interior deberán ser absorbidos por las provincias. La decisión fue tomada directamente por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien ya había amenazado a las provincias con recortes tras la caída de la ley ómnibus.
“El Gobierno Nacional, cumpliendo con uno de los objetivos trazados al inicio de la gestión, ha decidido disminuir el subsidio a las empresas prestatarias (oferta) de Jurisdicción Nacional, para concentrar la ayuda a los usuarios que más lo necesitan canalizando dicha asistencia a través de SUBE”, dice el comunicado que agrega lo siguiente: “se terminó con el congelamiento de tarifas que había heredado de la gestión anterior en trenes y colectivos” para darle “mayor protagonismo en la cobertura de costos necesarios para operar”.
En efecto, el precio del boleto subió en todo el país y Salta no fue la excepción. Desde el 24 de enero el pasaje cuesta 290 pesos y el 4 de marzo costará 490. Con el nuevo anuncio los valores volverían a subir, pero eso no es todo. En el comunicado se informó que Nación solo mantendrá la tarifa social a través de subsidios directos a los usuarios de la tarjeta SUBE.
El problema es que tal tarjeta rige en 58 localidad del país. Ninguna de ellas es salteña y por lo tanto reina la incertidumbre sobre qué ocurrirá aquí, salvo que los beneficiarios de la tarifa social son mínimos en relación a la cantidad de usuarios del transporte en la provincia. En principio, serán los gobernadores quienes deban compensar la quita de fondos o en su defecto ajustar el precio del boleto.
