Tras la ocurrente respuesta tras los dichos del presidente, Gustavo Farquharson advirtió que “los discursos de odio que estimula el gobierno nacional después se transforman en violencia concreta y eso es muy grave”.
En su habitual columna semanal en FM La Plaza 94.9, el concejal salteño Gustavo Farquharson advirtió “el avance de los discursos de odio” y que “el país vive una etapa prefascista”. Lo dijo al ser consultado por las últimas votaciones del gobierno argentino en organismo internacionales y las declaraciones del presidente sobre su desprecio por los Estados, aun cuando él conduce uno.
“Los votos negativos contra las resoluciones sobre los pueblos originarios y las mujeres y las diversidades en la ONU y el propio presidente Javier Milei diciendo en una entrevista reciente que desprecia al Estado da para varias respuestas. Si uno asume la conductas estrafalarias de los libertarios debería aconsejarle el presidente que si tanto desprecia al Estado lo mejor sería que se ponga un Mac Donald en EEUU; pero cuando analizamos con mayor profundidad lo que ocurre, vemos que todo esto viene a confirmar que vivimos una época oscurantista casi como la inquisición” señaló el dirigente y añadió que “también son muestra de esta época los actos de la Fundación Faro y el de los libertarios con estética nazi diciendo que son el brazo armado y la guardia pretoriana del presidente Milei”.
En el programa “Cuarto Oscuro”, el concejal capitalino advirtió que “los discursos de odio que estimula el gobierno nacional después se transforman en violencia concreta y eso es muy grave” y reconoció que “con dirigentes de distintas fuerzas políticas democráticas conversamos estas cosas y estamos muy preocupados”.
Puesto a opinar sobre cómo se construye una oposición robusta a la imperante en el gobierno de la nación, el edil reconoció que “en general todavía hay confusión frente a esta irrupción de los que se dicen libertarios. Ello tiene que ver con los evidentes cambios que operan en las sociedades y de cómo ciertas coordenadas que eran eficaces hace un par de décadas ahora ya no necesariamente sirven para conectar con un sector importante de esa sociedad. De allí que este periodo prefascista o directamente fascistas obliga a las fuerzas democráticas a incentivar la discusión para encontrar los métodos y los dirigentes nacionales que sean alternativa a tanto odio. Ese es un buen primer paso. No solo para tener razón, sino también para tener fuerzas” concluyó Farquharson.