Se trata de La Poma, el pueblo de la pastora a la le cantó el Cuchi Leguizamón y Mercedes Sosa. Sus mil habitantes, ahora deberán viajar una vez por semana a Cachi para ver si tienen correspondencia.
La motosierra llegó a la tierra de la zamba. “El Correo Argentino, una de las empresas que el Presidente quiere privatizar, despidió al único empleado de ese pueblo salteño y cerró la oficina. Lo mismo ocurrió en otras tres localidades de la provincia” escribió el periodista tucumano David Correa en un informe que fue publicado por elDiarioAR
Se trata del pueblo de Eulogia Tapia, la pastora a la que Manuel Castilla y el Cuchi Leguizamón inmortalizaron con la zamba “La pomeña”. Ocurrió en 1969 cuando los compositores le dedicaron una canción a una joven coplera de ojos negros que coin el tiempo se convirtió en el principal atractivo turístico de su pueblo,
La cesantía del único empleado que había allí y no fue reemplazado “forma parte de un severo plan de ajuste en el Correo Argentino, una sociedad anónima 100% del Estado argentino, que hasta hace unas semanas tenía 1.400 sucursales a lo largo y a lo ancho del país” destaca el informe,
“El achique se puso en marcha desde que asumió el presidente Javier Milei y en tierras salteñas implicó, hasta ahora, 18 despidos, entre administrativos y carteros. Las desafectaciones, con pago de indemnizaciones, fueron en la capital provincial, en Metán, Rosario de la Frontera y La Poma” resaltó David Correa tras dialogar con Norberto Montaño, secretario general del Sindicato de Correo.
El empleado despedido se llama Robustiano Casimiro. Sobre él habló el intendente del lugar Juan Mamaní. “Era más que un empleado, aquí nos conocemos todos, él a veces llevaba de manera personal lo que un vecino recibía o iba a sus casas para avisar que había llegado algo. Es triste, la verdad, que ya no podamos contar con él, ni con correo propio”, manifestó el jefe comunal a el DiarioAR.
Ese medio también se comunicó con Casimiro quien relató lo siguiente: “El 26 de abril me trajo a mi casa el telegrama el jefe de la oficina de Cachi porque así se lo ordenaron, según dicen”, contó. “Fue entre gallos y medianoches, es triste, no solo por mí, también por mi pueblo”, lamentó. “Ahora no sé qué voy a hacer porque me faltan todavía cinco años para jubilarme. Ya estoy grande para que me den trabajo, aunque tengo salud, que es lo importante”, reflexionó.