Imágenes recientes muestran que a pesar de que hace poco estrenaron las “refacciones”, aún hay herrumbre por doquier, árboles grafiteados, mal estado de las fuentes y monumentos y pérdidas de agua.
En enero de este año se anunciaba el inicio de la obra de refacción de la plaza 9 de julio en el corazón del centro salteño con un plazo de finalización a 4 meses. Entonces se anunciaban poco más de 125 millones de pesos como costo total de la obra, que luego se incrementaron a casi el doble, así com el tiempo de finalización. Y tras larga espera, esta obra financiada con fondos de Nación casi en su totalidad, resultó una decepción. Es así que incluso la pre-inauguración se hizo esperar demasiado y terminó siendo en la época del Milagro.
A pesar de los meses pasados, la tan esperada refacción -que se hizo además por etapas- no cubrió las expectativas de los salteños. Si bien se notaron los cambios en el piso y el incremento en las luces y algunas manos de pintura por aquí y por allá; hubo mucho que quedó por hacer. Así lo demuestran algunas de las imágenes que llegaron hasta la redacción de CUARTO mostrando el deterioro de distintos sectores de la plaza que escaparon a las refacciones de Bettina Romero.
Así por ejemplo, llama la atención el estado no solo del monumento a Arenales, en el centro de la plaza, sino también de la fuente -sin agua-, que muestran capas de suciedad acumuladas y detritus de aves tal cual nunca hubieran sido “restauradas”. Lo mismo se puede decir de las compuertas que resguardan parte del sistema hídrico que además muestra pérdidas importantes en algunos sectores. Ni qué decir de las partes en las que el césped está muy descuidado y es casi inexistente, sumado a los árboles con grafitis en sus cortezas. El cableado subterráneo, también es un desastre y los bebederos están secos y llenos de pintadas.
Cuando por fin se presentaron oficialmente las obras de refacción “finalizadas”, hace escasamente un mes, la intendenta saliente de la ciudad de Salta comentó: “Estamos orgullosos de terminar nuestro gobierno con la plaza 9 de Julio totalmente renovada”; algo que, tras ver las imágenes que compartimos a continuación, queda en evidencia como otra más de las verdades a medias de una gestión que apenas supo embellecer la superficie de todo lo que hizo, pero que en el fondo estuvo siempre atada con alambre.