Para algunos analistas, la decisión adoptada por las entidades rurales del país podría marcar un punto de inflexión en la relación entre el Gobierno y el sector agropecuario.
Tras una reunión que se extendió por más de tres horas en la sede de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), ubicada en la calle México, los líderes rurales resolvieron solicitar una audiencia con el ministro de Economía, Luis Caputo, y con el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta. El propósito: exponer la crítica situación del sector agropecuario y demandar la eliminación de las retenciones a las exportaciones, una carga que calificaron como insostenible en el contexto actual.
Desde la Mesa de Enlace destacaron que las condiciones climáticas han sido particularmente adversas en los últimos meses. La producción de maíz ha caído en cuatro millones de toneladas debido a la falta de lluvias, el calor extremo y los fuertes vientos que golpearon los cultivos sembrados en octubre. En algunas zonas de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, las precipitaciones de diciembre fueron apenas de 30 mm, muy por debajo del promedio histórico de 110 mm. Este déficit hídrico también ha comenzado a afectar severamente la soja, cuyos rendimientos están comprometidos por las mismas razones.
En paralelo, la presión fiscal y las retenciones actuales complican aún más la ecuación económica de los productores. Andrea Sarnari, presidenta de Federación Agraria Argentina, enfatizó que este esquema tributario constituye un «mal impuesto» que afecta la competitividad del sector. “Hay productores que, de no obtener rentabilidad en la próxima campaña, simplemente no podrán continuar. Esto no es solo una crisis económica, es una cuestión de supervivencia”, advirtió.