lunes 16 de septiembre de 2024
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Norte salteño | Partusa policial termina con un oficial baleado luego de empeñar su celular para seguir la fiesta

Un insólito incidente en Salvador Mazza dejó a un cabo herido luego de una parranda junto a otros colegas. El protagonista intentó recuperar su teléfono a punta de pistola, pero terminó con un balazo en la pierna.

En una noche que parecía sacada de un film de Guy Ritchie, un cabo de la Policía de Salta decidió que era una buena idea protagonizar su propia película de acción en el barrio Mataderos de la localidad fronteriza. El jueves pasado, nuestro intrépido héroe, tras una noche de parranda con sus colegas, emprendió una misión para recuperar su preciado tesoro: un teléfono celular que había empeñado, al parecer, para financiar su afición a ciertos «polvos mágicos».

Armado con dos pistolas (porque una no era suficiente para esta hazaña), el cabo se presentó en la casa de un vecino exigiendo a gritos: «¡Devolveme mi celular!», vociferaba nuestro agitando las armas como si fueran maracas en una fiesta tropical. Para darle más emoción al asunto, decidió que unos cuantos disparos al aire serían el toque perfecto para su performance callejera.

Pero la suerte no estaba del lado de nuestro protagonista. El cabo terminó forcejeando con el vecino y, en un acto de auténtica destreza policial, logró dispararse a sí mismo en la pierna izquierda. ¡Aplausos para el cabo, señoras y señores! Su dedicación para mantenerse fiel al papel de «policía torpe» fue verdaderamente admirable.

Mientras tanto, sus compañeros de juerga, otros dos agentes y un sargento, esperaban pacientemente en casa del cabo. Cuando finalmente llegaron los refuerzos policiales, se encontraron con el siguiente escenario: un cabo herido, armas por doquier y un fuerte olor a alcohol. El comisario jefe de la regional, Luis Alfaro, al llegar a la escena, seguramente se preguntó si no habría sido mejor quedarse en la cama ese día.

Ahora, mientras nuestro intrépido cabo se recupera de su autoinfligida «herida de guerra», la Justicia intenta desentrañar este escándalo que nuevamente implica a efectivos policiales en el norte salteño comportándose como si fueran más peligrosos que los criminales a los que dicen combatir.

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