La justicia le impuso reglas estrictas, incluyendo la prohibición de acercarse a la víctima. Médico legal certificó rasguños en el rostro de la menor de 13 años.
Un joven de 22 años fue condenado a un año y tres meses de prisión condicional por el delito de lesiones leves agravadas por el vínculo, tras agredir físicamente a su hermana de 13 años. La jueza Asusena Margarita Vásquez, de la Sala II del Tribunal de Juicio de Tartagal, determinó la culpabilidad del acusado basándose en las evidencias presentadas, que incluían la constatación de rasguños en el rostro de la víctima por parte del médico legal.
La sentencia establece que el agresor no deberá cumplir prisión efectiva, siempre que respete rigurosamente las reglas de conducta impuestas por el tribunal. Entre las medidas ordenadas destaca la prohibición de acercarse a menos de doscientos metros de la adolescente, buscando garantizar la seguridad de la víctima tras los hechos de violencia familiar.
Concluida la audiencia judicial, el joven recuperó su libertad bajo las condiciones establecidas en la sentencia. Según destacó prensa del Poder Judicial salteño, este caso refleja la aplicación de medidas judiciales que combinan sanción penal con mecanismos de protección para la víctima, en un contexto de violencia intrafamiliar donde la diferencia de edad y la relación de parentesco constituyeron factores agravantes del delito.