Se llamaba Osvaldo Ezequías Cuéllar y tenía 31 años. Había sido trasladado desde un hospital de Yacuiba a Tartagal y desde allí a la capital salteña en un vuelo sanitario. Había recibido cuatro disparos en San José de Pocitos.
De los cuatro disparos, tres impactaron en la cabeza del salteño de 31 años. Ocurrió en una plaza pública de San José de Pocitos, localidad boliviana fronteriza con Salvador Mazza.
Cuéllar, de profesión programador de sistemas y próximo a recibirse de ingeniero, recibió cuatro disparos, tres de ellos en la cabeza y uno en una mano. Milagrosamente sobrevivió y fue trasladado de urgencia al hospital Rubén Zelaya de Yacuiba, donde fue estabilizado.
Horas más tarde, su familia logró su traslado a la Argentina, primero al hospital Juan Domingo Perón de Tartagal y luego, en avión sanitario, a la capital salteña, bajo código rojo y custodia policial. Sin embargo, finalmente perdió la vida.
Según informaron testigos, los atacantes actuaron a cara descubierta, llegaron en una motocicleta, abrieron fuego a quemarropa y huyeron hacia la frontera argentina. No hubo intercambio de palabras, amenazas previas ni intento de robo, lo que refuerza la hipótesis de un ataque sicario planificado y directo.
Fuentes de la Policía boliviana indicaron que el ataque ocurrió alrededor de las 20.55 (hora boliviana), en la intersección de avenida Tarija y calle Oruro, zona que cuenta con cámaras de seguridad. Las imágenes habrían registrado el momento del atentado y la posterior huida de los agresores.


