Tras conocerse las cifras alarmantes de jóvenes salteños que se encuentran sin trabajar ni estudiar, Cuarto Oscuro dialogó con la pedagoga Ana María Hernández.
Tras conocer datos que encumbran a Salta en lo que las estadísticas estigmatizantes llaman “jóvenes ni-ni”, Cuarto Oscuro (F.M. Capital) consultó a una especialista en pedagogía, con vasta trayectoria en diferentes contextos de formación.
“Estos números a mí me llaman a reflexionar sobre las características del niño y del adolescente de este milenio, ahí está una de las grandes dificultades del mundo adulto con el niño y el adolescente de hoy”, reflexionó Hernández para luego añadir: “Creo que la clave para modificar estas cifras es, precisamente, que el mundo adulto encuentre la manera de acercarse a las características esenciales del niño y adolescente de hoy”.
Los números a los que se hacía referencia fueron publicados por el diario La Nación y provenían de datos recogidos por la UCA. Allí se mostraba que el departamento salteño donde hay un mayor porcentaje de jóvenes «ni-ni» es Santa Victoria, con 47,22%, seguido por Rivadavia, con 44,06%. La lista se completa con Iruya (39,35%), Molinos (38,26%), La Poma (32,85%), Guachipas (25,99%), San Martín (25,43%), Anta (25,36%), San Carlos (24,85%), Los Andes (23,57%), Rosario de la Frontera (22,46%), Orán (21,19%), General Güemes (19,06%), Cachi (18,36%), Rosario de Lerma (17,87%), La Candelaria (17,55%), Metán (16,86%), Chicoana (16,69%), La Viña (15,70%), Cerrillos (15,31%), Cafayate (12,31%), La Caldera (9,60%), Salta Capital (9,26%)
En ese sentido, la profesora consultada por Cuarto Oscuro añadió que “sabemos que son nativos digitales, que por lo tanto tienen fuentes de información paralelas a las que la escuela les puede brindar, y en muchos casos más interesantes”. Y añadió sobre las características distintivas de la juventud contemporánea que “son sujetos muy sociables, a pesar de que los vemos muchos tiempos solos, porque esta generación ha superado las barreras físicas”.
“No sé si efectivamente la escuela le brinda una posibilidad atrayente en ese sentido”, presumió Hernández y acotó que una de las grandes diferencias entre las subjetividades de otras épocas y la actual, es que las primeras vivieron una era de certidumbres mientras los jóvenes de hoy viven la era de las incertidumbres.
Para finalizar, ofreció expectativas de cara al futuro dando ejemplos de modelos educativos desde ópticas ideológicas distintas: “Desde la Revolución Educativa en 1959 -1960 en Cuba, cuando allí había el índice de analfabetismo más grande del mundo y se lo resolvió en menos de cinco años. El otro extremo puede ser Dubai, donde también hay cero analfabetismo”. Ello le permitió concluir que “cuando se prioriza la educación da resultados, pero tiene que haber decisiones políticas, profesionales y gubernamentales”.