No es Emilia, sino Gustavo. El diputado provincial también oriundo del departamento de Rosario de la Frontera cuestionó la Ley de Identidad de Género en la última sesión de la Cámara de Diputados. Expuso dos anécdotas para cuestionarla.
En medio del debate que generó el ministro de Justicia de la nación, Mariano Cúneo Libarona, al resaltar que no reconoce a las identidades sexuales que no estén alineadas con lo biológico; el diputado provincial Gustavo Orozco no quiso ser menos en cuanto a posiciones retrogradas se refiere y modo ordinario de exponer el prejuicio.
Ocurrió en la última sesión de la Cámara de Diputados de la provincia, cuando cuestionó la Ley de Identidad de Género que garantiza a las personas ser identificadas según su identidad auto percibida. Como supuesto argumento para oponerse, Orozco recordó que la esa Ley fue impulsada por el kirchnerismo. A esa rara impugnación le sumó dos anécdotas ocurridas en Rosario de la Frontera.
La primera dio cuenta del caso de una niña de 11 años que coincidió en el baño de mujeres de una estación de servicio con una persona que “de nacimiento había sido varón y después hizo el cambio de identidad de género de acuerdo a esta ley». «Si fuera mi hija yo no toleraría que le tenga que ver el miembro a un hombre dentro del mismo baño. No hay derecho a eso», afirmó.
La otra anécdota que expuso tuvo como escenario un hospital. Orozco se quejó de que “una persona que había nacido varón e hizo el cambio de género, fue internada en la sala de mujeres», y mencionó la supuesta incomodidad de las otras personas al compartir el espacio. El espantado legislador exhorto a sus pares a trabajar sobre el tema y aporto una idea: garantizar baños “de varones, mujeres y el de todo género».
