Lo dijo el director de la Consultora We. Las agendas de trabajo divorciadas de las necesidades de la sociedad en un año de pandemia y los escándalos protagonizados por legisladores pasan facturas a instituciones centrales de la democracia.
En un año dificilísimo para la enorme mayoría de los salteños, los poderes legislativos de la provincia de Salta terminaron muy mal parados. Las discusiones que sólo buscaban resolver los problemas de los legisladores y concejales, los oficialismos parlamentarios reacios a discutir aspectos que resultaban centrales para la población en medio de lo peor de la pandemia, las discusiones en el Concejo Deliberante sobre cómo debía la edil Cande Correa vestirse para las sesiones o los escándalos protagonizados por diputados como Omar Exeni a lo largo del año horadaron el prestigio de los cuerpos legislativos.
“Los poderes legislativos – el poder judicial también – han tenido una suba en su imagen negativa y el rechazo de la sociedad. No pudieron hacer lo que hicieron los poderes ejecutivos que fue acompañar el contexto y la demanda que tenía la sociedad. O sea, desde que uno ve el inicio de la película con sus discusiones de si sesionaban o no virtualmente hasta la agenda que tuvieron que muchas veces no tenía relación con lo que estaba pasando en la sociedad, la gente cada vez entiende menos para que están esos dos poderes”, destacó el consultor en el programa Cuarto Oscuro que se emite por el aire de FM La Cuerda (104.5)
