El ex Juez de Corte, ex Procurador General y actual ministro de Seguridad y Justicia de Salta, aseguró que la conducta del Fiscal y del Juez que intervienen en el juicio contra CFK atentan contra el “debido proceso”. Pidió rediscutir al Poder Judicial.
Se lleva adelante el juicio por la obra pública en la provincia de Santa Cruz que tiene a la vicepresidenta como imputada. Por estos días, no obstante, quienes concentran las luces de las cámaras de televisión son el fiscal Diego Luciani y al presidente del Tribunal, Rodrigo Giménez Uriburu, quienes aparecieron fotografiados como parte de un equipo de amigos que jugaba al fútbol en la casa del ex presidente Macri. La defensa de la imputada los recusó aduciendo que el fiscal impulsa una causa que debe resolver un juez amigo, que ninguno informó del asunto a las partes y que la presencia de ambos en la casa de Macri pone en duda la imparcialidad que debe regir en un proceso.
CUARTO OSCURO (FM La Cuerda 104.5) dialogó al respecto con el doctor Abel Cornejo, de probada expertirse: es el actual ministro de Seguridad y Justicia de la provincia y se desempeñó Procurador General y antes como Juez de Corte. Se le consultó si es normal lo protagonizado por Diego Luciani y Giménez Uriburu. La respuesta de Cornejo fue tajante: “Es absolutamente anormal” sentenció y advirtió que la situación de la justicia en el país se debe una profunda discusión. “Hasta tenemos una conformación de la Corte [Suprema] totalmente anormal. Desde la jubilación de la doctora Elena Highton no hay ninguna mujer que integre la Corte que quedó con cuatro miembros, lo cual es un número exiguo. Alberdi hablaba que debía tener 9 y yo agregaría que deberían ser representativos de todo el pensamiento nacional y de las distintas regiones”, destacó.
En referencia a lo que ocurre con Luciani y Giménez Uriburu, el especialista destaco que la relevancia institucional del caso – una vicepresidenta en ejercicio enjuiciada – debe extremar los cuidados en el accionar de quienes imparten justicia. “Se debieron dar todas las garantías del debido proceso penal. Una de las fundamentales es el de la absoluta imparcialidad de los jueces que van a juzgar y también los fiscales deben tener toda la asepsia necesaria para que no se levante la más mínima sospecha sobre el rol que van a cumplir”, declaró.
Consultado sobre si existe alguna ley o artículo que dictamine la conducta del fiscal y del juez por fuera de tribunales, Cornejo respondió que muchos entablan relaciones pero que el problema es otro: “hay una causal de excusación o inhibición que son las que tienen jueces y fiscales. Una de ellas está prevista en el Código Procesal Penal de la nación – al igual que en los provinciales – que es ´el interés en el resultado de la causa´”. Luego agregó que el mismo incluye intereses de tipo económicos pero que también los hay de otros tipos: “ideológico, político o determinado animo adverso con quien va a ser sometido a proceso (…) Entonces, si de pronto, durante el trámite del juicio aparece que el juez y el fiscal comparten un equipo de fútbol y se está juzgando una causa de esta relevancia, creo que se deberían extremar todas las garantías para que la sociedad tenga, no la sensación, sino la certeza absoluta que ese juicio se hizo con todas las garantías como deben ser todos los procesos penales”, sentenció.
Puesto a opinar sobre cómo cree que terminará la recusación contra el fiscal y el juez que realizara la defensa de la vicepresidenta, Cornejo manifestó que “la Corte Suprema no está a la altura de las circunstancias. Jamás debió haber aceptado, por ejemplo, la Oficina de Escucha Judicial. Ustedes recordaran que hace unos años se filtró una comunicación entre la entonces expresidenta y ele x secretario General de la Presidencia. Bueno, si a esa oficina la maneja la Corte Suprema y eso se filtra, ahí también debió formarse una causa penal. En segundo término, no es una cuestión de transparencia sino de probidad en el ejercicio de los cargos. La Corte y el Consejo de la Magistratura pueden tomar, cada uno en el ámbito de su competencia, determinadas medidas: sea en la integración del Tribunal en el caso de la Corte o las medidas disciplinarias del caso por el Consejo de la Magistratura. No es muy edificante para la imparcialidad que aparezca una foto como la que apareció. Aparte, los documentos – sobre todo los gráficos – tienen la característica de lo irrefutable. Usted después puede decir cualquier cosa, pero la foto está, habla por sí sola y no hace falta agregarle una letra. ¿Cómo va a terminar? Como terminan siempre las cosas. Lo digo con total escepticismo. Este debe ser el único país que cuando no se está a la altura de las circunstancias no hay consecuencias. Entonces, los órganos constitucionales para el mal desempeño de los jueces o fiscales deberían funcionar. No digo expulsar – sería saludable que eso ocurra cada tanto – pero los jueces además de ser destituidos pueden ser sancionados, se les puede llamar la atención y se los puede apartar. Si el juez o fiscal aparecen jugando al fútbol en un mismo equipo, usted no tiene garantías procesales. Puede haber lo que en Derecho Administrativo se llama una posición dominante y en derecho penal la desigualdad de armas. La igualdad de armas parte de saber que el fiscal no tiene trato alguno con el Tribunal que debe tener imparcialidad, mesura y distancia con las partes”.
Consultado si el episodio confirma que parte de la Justicia Federal tiene un rol mucho más opositor que algunos dirigentes políticos contra el gobierno nacional en general y contra Cristina Fernández en particular, el funcionario desenfundo una respuesta que – según dijo – hace años le trajo problemas: “la Justicia Federal es extremadamente conservadora, en el peor sentido del término”.
Antes de desarrollar el concepto, Cornejo recordó que trabajó muchos años en la misma. “Estuve en la Asociación de Magistrados, en el Consejo de la Magistratura de la nación. Desgraciadamente allí se mueven una serie de intereses corporativos que le impide una oxigenación. Parte de la oxigenación es que ingrese gente nueva, con nuevas miradas porque la Justicia no puede estar enojada con un imputado o una imputada. Eso a las instituciones republicanas le hace muy mal. No pueden dirimirse ni las internas partidarias, ni la grieta, ni las facciones políticas en un proceso penal. En el proceso penal no se puede dictar sentencia en base a probabilidades sino en certezas. Si no las hay, está el principio de la duda y se tiene que absolver. Entonces deben extremarse las garantías de imparcialidad y no hay que solamente ´ser´, sino también parecer. Esa foto en medio del proceso no es edificante” resaltó, para concluir que “el ordenamiento jurídico es un ordenamiento de paz. La justicia no puede ser un campo de venganza, de revancha ni de ajustes de cuentas porque entonces dejaría ser Justicia”, finalizó.
Audio de la entrevista: