martes 21 de enero de 2025
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Historias que no te contaron | Cuando León Gieco y Santaolalla «reventaron» el bar de un hotel tilcareño

Fue durante el festejo a mediados de los años ochenta de cumpleaños del autor de “Solo le pido a Dios”, durante la grabación del proyecto De Ushuaia a La Quiaca.

Hoy son músicos emblemáticos, próceres de la cultura latinoamericana. León Gieco, el trovador rural capaz de resumir en pocas estrofas el devenir de una sociedad. Gustavo Santaolalla, productor estrella, músico de prestigio, ganador de dos Oscar. Los dos alguna vez «reventaron» el bar de un humilde motel de Tilcara.

El hecho sucedió a mediados de los ochenta, durante la grabación del legendario proyecto De Ushuaia a La Quiaca, un trabajo cultural que todavía espera ser descubierto del todo. León, Gustavo y un equipo de músicos y técnicos se trasladaron a distintas localidades del país para registrar los sonidos autóctonos, la música que se hacía en cada region.

«Un día, durante la gira De Ushuaia a La Quiaca, estábamos en Tilcara y era el cumpleaños de León. Y estaba Santaolalla también. Yo estaba con (el técnico de sonido) Gustavo Gauvry en una especie de motel», relató el guitarrista Héctor Starc, que formó parte del proyecto como sonidista. «De golpe, nos golpean la puerta de la habitación León y Santaolalla. Abrimos y León dice, con voz solemne, pero de choborra, elevando un dedo índice: ‘Nos hemos quedado sin bebidas y es mi cumpleaños’. Le digo: ‘León, yo no voy a permitir que esto pase, vamos a reventar la cocina del hotel, qué le vamos a hacer’. Dice: ‘¿Te parece?’. Le digo: ‘Claro, mañana agarramos y pagamos todo lo que nos robamos. No vamos a robar, vamos a tomar prestado’», contó Starc en el libro Del Cielito – El Sello del Rock, de Candelaria Kristof.

«Entonces empezamos… No se veía nada. Salimos de la pieza y yo con un encendedor: ‘Tené un cacho que me estoy quemando’, le tuve que decir -seguía Starc-. ‘Me parece que estamos cerca de la cocina’. Abro la puerta… ¡y había una pareja garchando! ¡Nos habíamos metido en una pieza! ‘Disculpe, disculpe, señor, disculpe’.

Foto: Gustavo Santaolalla.

«Seguimos. ‘Pará, agarrá el encendedor que me quemo’. Avanzamos un poco más y le digo a León: ‘Me parece que estamos’. Yo no sé por qué no se veía nada. Sería del pedo que teníamos. Encima no podíamos prender ni las luces. Al final llegamos y reventamos una heladera mostrador que abajo tenía champagne. Nos llevamos de todo para seguir chupando», relató el ex integrante de Aquelarre.

«Al otro día le digo al tipo del hotel: ‘Mire, usted se habrá dado cuenta de que anoche le reventamos unas bebidas y yo le quiero pagar, disculpe, pero era el cumpleaños de León’. Y dice: ‘¡No, hombre, dejeló!’. Así que el día del cumpleaños de León salimos a robar», finalizó Starc.

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