En 2003, el ex gobernador ganó las elecciones después de una maniobra legislativa que lo favoreció.
En 2003, Juan Carlos Romero pudo confirmar de manera oficial lo que ya sabía: que iba a buscar un tercer período al frente del gobierno de la provincia. La reforma del artículo 140 de la Constitución salteña lo habilitaba a la «re re».
«Sólo con los votos del justicialismo salteño, la Convención local aprobó hoy la reforma del artículo 140 de la Constitución provincial que habilita la presentación de Juan Carlos Romero para un tercer mandato consecutivo al frente de la gobernación», informaba La Nación el 30 de agosto de aquel año.
El matutino porteño informaba que la votación se había llevado adelante «en ausencia de los convencionales de la oposición que rechazaron la reforma y se retiraron del recinto». Se refería a los 19 del Frente Unidos por Salta y a los tres del Partido Obrero.
Romero se burlaba de la oposición, que no podía hacer nada para evitar la reforma: «Es bueno que la minoría acepte su condición y si quiere ser mayoría que convenzan a la gente de que tienen un programa y que tiene una propuesta».
«Quienes asumimos la responsabilidad de defender las leyes exhortamos a los responsables a no llevar a cabo la Convención Constituyente, una Constitución debe ser el resultado de una serena reflexión y de un amplio consenso. El escaso porcentaje de apoyo conseguido por el oficialismo no constituye un consenso válido para justifica la reforma de la Carta Magna», decía el presidente del bloque Unidos por Salta, Alfredo Miguel.
Meses antes Romero había acompañado a Carlos Menem en la fórmula presidencial que se bajó del balotaje de ese año. La inevitable oleada de votos en contra que iba a recibir el ex presidente en la segunda vuelta fue la decisión que llevó al riojano a dejar el camino libre para que Néstor Kirchner asumiera en la Casa Rosada. Con la derrota nacional consumada, Romero volvió a concentrarse en Salta.
El 16 de noviembre de 2003, Romero consiguió el triunfo, otra vez con Walter Wayar de vice y con el apoyo del kirchnerismo. Obtuvo el 49,89% de los votos. Andrés Zottos salió segundo con el 24,19%.
La estadía de Romero en el poder se extendía así por cuatro años más. Serían doce en total. Terminaron en diciembre de 2007, cuando le entregó el poder a Juan Manuel Urtubey, un joven discípulo que se le había dado vuelta.
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