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Historia del NOA | Prehistoria del movimiento obrero santiagueño: Samuel Yussem y la creación de la FOS (1917-1920)

Génesis de la primera central obrera santiagueña, analizando el papel de Samuel Yussem, uno de sus principales fundadores y un continuo animador de una naciente política proletaria en la provincia. (Daniel Guzmán Alcaraz)

Los trabajos sobre movimiento obrero a nivel nacional centran su mirada en el periodo 1917-1920, tomando como ejes: las grandes huelgas ferroviarias, las luchas de las FORAS, el nacimiento del PSI, la revolución rusa, la semana trágica y especialmente la intensa movilización obrera, en casi todo el territorio nacional. Pero todo el proceso es consecuencia de un maduro sector de trabajadores que vino acumulando experiencias gremiales desde fines del siglo XIX.

Para el caso de Santiago del Estero la situación es distinta, pues si bien hubo intentos de fundar y mantener filiales obreras a nivel nacional, como la UGT, FORA y CORA, no se logró sostener una organización obrera. Sino los sindicatos autónomos predominaron, dando a los anarquistas una influencia nada despreciable. En esa coyuntura, llegó a la provincia entre 1910 y 1920 una dirigencia rusa que significó un cambio sustancial en la dirección obrera, pues no sólo desarrollaron prácticas obreras nuevas, sino que impulsaron la primera central obrera santiagueña.

Entre estas nuevas figuras gremiales rusas seleccioné a Samuel Yussem, quién nació en Rusia en 1893, llegó a Santiago del Estero en 1915, pero momentáneamente, pues era un viajero. Se volvió a Buenos Aires donde fundó El azote, un diario anarquista. Luego pasó a San Francisco (Córdoba) pero ya como corresponsal de la Vanguardia y más tarde a San Justo (Buenos Aires), trabajando en ambas ciudades en direcciones de diarios locales. Recién en 1917 se afincó con mayor presencia en Santiago del Estero, unido al socialismo, el partido le ofreció la dirección de su diario El Socialista. Sus contactos con Juan B. Justo y Nicolás Repetto y su representatividad en las comunas rusas de la provincia le permitieron escalar posiciones rápidamente en el PS. Pero luego ya inmerso en la crisis socialista partidaria de 1917, fundó el periódico Renovación en 1918, lo cual lo alejó del reformismo oficial, convirtiéndose en un  internacionalista entre los años 1918 y 1920.  En 1921 se afincó en Ceres, quedándose hasta 1930 en dicha localidad, para volver a Santiago ese mismo año.

Samuel Yussem.

En Santiago del Estero, Yussem se encontró con una desorganización sindical en toda la provincia. Aunque algunos sindicatos se reunieron en una filial de la FORA V, más numerosa que la FORA IX, cuya sede estuvo en la Banda. En términos generales, no existía una central obrera que nuclease a todos los trabajadores santiagueños. Una serie de factores explica su ausencia: pocos obreros urbanos en pocas ciudades, un sector ferroviario más preocupado en sus intereses que en la unidad obrera, una masa de jornaleros dispersos y en continuo éxodo, un analfabetismo y un desinterés por organizarse en estos sectores y por último un sistema de control de las elites, que no dejó espacio para una defensa de los derechos proletarios.

A pesar de esta situación, Yussem encontró en el sudeste y algunos puntos del territorio provincial, socialistas obreristas y libertarios de origen ruso que buscaron unir fuerzas. Este proceso coincidió con la llegada de una dirigencia que se afincó en la llamada Siberia santiagueña. Esta zona cubrió la ruta de las estaciones, entre Ceres y la Banda, en la cual habitó un gremialismo que fue expandiéndose hacia el centro del territorio provincial.

Esto trajo como resultado la fundación de bibliotecas, centros obreros, manifestaciones y la difusión de diarios y libros en todo centro obrero de la provincia. El Partido socialista y los libertarios proclamaron tener sindicatos bajo su control en toda la provincia, pero la realidad fue que los independientes fueron mayoría. En este panorama, la fundación de la Biblioteca Obrera hebrea fue el primer paso para la organización de una central obrera local. Entre 1912 y 1916, una dirigencia sindical rusa comenzó a ocupar lugares centrales en algunos grupos de trabajadores de la capital santiagueña. Esta acción coincidió con la búsqueda de un espacio gremial para que funcionen los centros obreros, sin importar su tendencia obrera.

Yussem fue un internacionalista del PS, por lo cual tuvo un apoyo inusitado de parte de dirigentes internacionalistas formados por Agustín Zalocco, ferroviario socialista que estuvo en la provincia entre 1912 y 1916. Por lo cual, las primeras reuniones en la Biblioteca rusa reunieron a sastres, panaderos, agricultores, zapateros, canillitas, ferroviarios y gráficos. Si bien en un primer momento sólo fueron asambleas rusas con la presencia de compatriotas de Dora, Herrera, Termas, Añatuya y Pinto, en un segundo momento la convocatoria se amplió invitándose a las agrupaciones anarquistas, que dominaron entre los obreros de la pavimentación y albañilería. En este sentido, el puente para esta integración fue Arturo Epstein, secretario de Oficios Varios y Primitiva Montenegro, representante de las costureras, quienes fueron formados por Boris Wladimirovich en su estadía en Santiago del Estero, entre 1912 y 1914.

Es decir, cuando llega Yussem en 1917, hubo una estructura obrera, que pequeña y débil, le sirvió de base para su proyecto gremial. Pues fuera de las huelgas ferroviarias (1912) y alguna protesta pequeña, los trabajadores santiagueños en su mayoría, en ese momento, eran una fuerza de trabajo sin ninguna experiencia de clase. Con el estallido de la Revolución Rusa, el nacimiento de la Asociación ProRusia y el Centro Maximalista, hubo más elementos obreros que se unieron a Yussem. Mauricio Staricoff, dirigente de las dos organizaciones, con anarquistas y marxistas en sus filas, extendieron por toda la provincia panfletos de la FOS, donde se explicó las ventajas de agremiarse y formar sindicatos en todo el territorio santiagueño.

La huelga ferroviaria de 1917, donde por primera vez se unieron algunos pequeños grupos de otros oficios, fue la primera señal de que las tareas de unidad obrera marcharon con éxito. Un 7 de enero de 1918, en la pequeña salita de la Biblioteca rusa, nació la FOS, en medio del fragor de otra huelga ferroviaria y entre los aplausos de muchos sindicatos. Renovación, flamante diario de la FOS, informa la presencia de 23 sindicatos, contando a la FOF y la Fraternidad. Esta conjunción de pequeños grupos (barrenderos, basureros, carreros, etc) que formaron sus primeros sindicatos con sectores más antiguos, como gráficos, panaderos y de comercio.  Da cuenta que la sindicalización que se inició en 1918 con 500 trabajadores registrados, ante los miles de trabajadores no sindicalizados, es un relativo avance  para el emergente movimiento obrero santiagueño.

A pesar de los pocos recursos, durante todo el 1918 la FOS estuvo en toda la provincia, asesorando y organizando. Banda y Añatuya, fueron las ciudades que la FOS tuvo sedes y donde se replicó la sindicalización, especialmente entre los braceros. Pero el avance organizacional de los obreros santiagueños lo notamos en las nueve huelgas en la provincia en 1918, donde no sólo los ferroviarios usaron esta táctica, sino los albañiles, postales, canillitas y municipales. El estado provincial, ante estos sucesos, respondió usando la fuerza policial para detener a los dirigentes obreros, entre ellos a Yussem. Luego movilizó el ejército para controlar las estaciones ferroviarias, en las cuales hubo confrontación entre obreros y tropas.

Reunión de la FOS (1918).

A pesar de estos contratiempos, en 1919 en plena Semana trágica, Renovación informó la sindicalización de 1000 trabajadores en medio de 10 huelgas, en la cual la más violenta fue la de Añatuya, donde los ferroviarios, con apoyo de otros sectores, intentaron tomar la estación de la citada ciudad. Hubo nuevamente detenciones, entre ellas la de Yussem, acusado de agitador por la Liga Patriótica Argentina, la cual persiguió rusos en todo el país. Al año siguiente hubo 13 huelgas con importantes movilizaciones en Banda y Capital, pero esta vez se allanó la sede de la FOS y se la clausuró. En ese contexto, Renovación publicó la agremiación de 2000 trabajadores. Este crecimiento sustancial de las filas sindicales se debió a que, dentro de todo, las huelgas entre 1917 y 1920 fueron exitosas porque lograron algunas mejoras salariales y reincorporación de cesanteados, que fueron los principales motivos de las protestas.

En donde la FOS fracasó fue en los braceros y albañiles, porque empresarios y jefes políticos en el interior estuvieron vinculados al estado provincial, el cual hizo oído sordo a los reclamos de la organización ante los despidos. Además que las empresas y el gobierno naturalizaron la práctica de cesantear a sus trabajadores de obras, especialmente cuando esta terminaba. Pero lo cierto es que todo este ciclo de protestas entre 1917 y 1920 en Santiago del Estero bajo el empuje de la FOS dejó advertido a los gobiernos radicales (1920-1930) provinciales, de tratar de enfrentar al problema social, no sólo desde la violencia estatal, sino también desde el arbitraje, para de esa manera desarticular a la unidad de la FOS. Por lo cual, los radicales al dar un mejor trato a algunos sindicatos en detrimento de otros, tuvieron un mejor control de los trabajadores, los cuales comenzaron a practicar un sindicalismo más negociador que confrontador. Esto derivó en el cierre de la FOS, el exilio de Yussem, perseguido por la Liga patriótica y el retroceso sindical, que se reflejó en el descenso de huelgas, lo cual sería un rasgo de los años 20 en la provincia.

Fuentes:

Renovación, diario de la FOS (1918-1920)

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