lunes 13 de enero de 2025
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Funciona en la casa “embrujada” que perteneció a un salteño | Menemista de pura cepa dirigirá la escuela para espías de Milei

Juan Bautista Yofre – titular de la ex SIDE durante el menemismo – asumirá en el organismo que funciona en un palacete que perteneció a Victorino de la Plaza: un cacheño que ocupó la presidencia del país. Vecinos hablan de crímenes y fantasmas.

La primicia sobre el nombramiento del personaje que llegó a ser un emblema mediático del menemismo, fue de Gerardo Young: Juan Bautista Yofre, ‘el Tata’, será el director de la Escuela Nacional de Inteligencia, que capacita a los integrantes del Sistema Nacional de Inteligencia, comenzando por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Yofre fue el primer titular de la ex SIDE (Secretaría de Inteligencia de Estado, luego rebautizada Secretaría de Inteligencia y hoy día AFI), en el gobierno de Carlos Menem. Luego fue reemplazado por Hugo Anzorreguy, quien comandó esa dependencia durante la mayor parte de la Administración Menem.

La designación tiene algún vínculo con la historia salteña porque la casona aristocrática en donde funciona la “escuela” se ubica en el tradicional barrio porteño de La Recoleta, más precisamente en Libertad 1235. Allí vivió el expresidente Victorino de La Plaza hasta su fallecimiento en 1919.

Nueve años antes, el salteño que había nacido en Cachi en el año 1840, llegó a la vicepresidencia acompañando a Roque Sáenz Peña en el binomio del Partido Autonomista Nacional. Su historia anterior es singular: hizo la escuela primaria en una institución pública y luego fue becado por el gobierno de Justo José de Urquiza para cursar en el Colegio del Uruguay – Entre Ríos – dónde fue compañero de Julio Argentino Roca. En Buenos Aires estudió filosofía y comenzó a trabajar en la Contaduría Nacional, pero luego se sumó a los batallones que participaron de la nefasta Guerra de la Triple Alianza siendo galardonado por el gobierno de Uruguay por su desempeño en los combates de Estero Bellaco y Tuyutí. Fue ascendido al grado de capitán por el presidente Bartolomé Mitre.

Tras el conflicto y de nuevo en Buenos Aires, estudió abogacía y fue apadrinado por Dalmacio Vélez Sarsfield. Participó de la redacción del Código Civil, fue abogado de bancos y diplomático apostado en Londres donde, en 1890, renegoció la deuda externa del país por encargo del presidente Pellegrini. Ya como vicepresidente debió reemplazar a Sáenz Peña que solicitó una licencia por enfermedad. Como presidente en ejercicio reglamentó la ley de voto universal secreto y obligatorio. Es considerado el último presidente del período conservador y fue el encargado de entregar la banda presidencial a Hipólito Yrigoyen.

Sin hijos que lo hereden dejó dinero, libros y mapas a la UBA, a los hospitales de Salta y a la Biblioteca Pública de Cachi. La que fue su casa, mientras tanto, es hoy sede de la usina de “espías” de la AFI, ex SIDE. En ese edificio el sistema secreto recluta, adoctrina y especializa futuros espías a través de cursos, seminarios y posgrados como paso previo a formar parte del plantel formal de espías.

“La casa tiene 3.000 metros cuadrados, un amplio jardín detrás y sótanos donde llegó a funcionar un gimnasio para dar clases de boxeo a los agentes, a cargo de un profesor de lujo: el ex campeón del mundo de la categoría welter junior, Nicolino Locche” informó hace varios años la señal de noticias Todo Noticias.

No obstante, la página más negra de la Escuela Nacional de Inteligencia se escribió el 26 de febrero de 1998. El agente Alberto D’Attoli, cansado de que la jubilada Sofía Fijman entrara a la casa a darle de comer a unos gatos que pululaban por el jardín, le cerró la reja que pesa 600 kilos en la cabeza y la mató por aplastamiento del tórax y del cráneo. La justicia terminó condenándolo a 10 años de prisión por «homicidio simple».

“En la escuela de los espías, no sólo hay secretos terrenales. Entre los empleados corre un rumor desde hace tiempo. Dicen que a la noche suben y bajan solos los ascensores de la casa o se mueven lápices y biromes. Algunos lo toman con gracia y otros no tanto. Aseguran que es el fantasma de Victorino De La Plaza, que todavía deambula en la que fue su casa” reseñó el canal de televisión mencionado en un informe del año 2015.

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