La fiscalía procesó a los efectivos tras un informe forense que contradice la versión oficial del operativo. Las pruebas periciales revelan importante información sobre el deceso del joven bagayero.
La fiscalía dio un giro significativo en el caso de Fernando Gómez, imputando a cinco gendarmes involucrados en el operativo donde perdió la vida. El Cuerpo de Investigación Forense (CIF) confirmó que la muerte fue causada por un disparo de plomo alojado en el torso de la víctima, lo que contradice la versión inicial de un enfrentamiento armado.
El informe balístico destruye la narrativa oficial presentada por Gendarmería. No se registraron efectivos heridos durante el incidente, y el abogado de la familia Gómez señaló la ausencia de armas incautadas entre los bagayeros y la falta de mercancía ilegal decomisada, elementos que refuerzan las dudas sobre la intervención policial.
Dos bagayeros sobrevivientes presentan heridas por proyectiles de plomo, lo que según los peritos sugiere una ejecución directa más que un enfrentamiento. Las pruebas han fortalecido la hipótesis de un uso desproporcionado de la fuerza por parte de los efectivos de gendarmería, generando una profunda conmoción en la comunidad.
La familia de Gómez, acompañada por organizaciones de derechos humanos, anunció la realización de peritajes independientes para esclarecer los hechos. Su objetivo es determinar las circunstancias exactas de la muerte y garantizar que se haga justicia, en un caso que ha puesto en tela de juicio el accionar de las fuerzas de seguridad en operativos de control.
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