domingo 13 de octubre de 2024
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Economía política | Origen y naturaleza del Fondo Monetario Internacional

CUARTO recupera un extracto del libro “Multitud” de Toni Negri*. Allí el italiano caracteriza al organismo tras el desastre económico que sus recetas provocaron en el sureste asiático en 1997 y en Argentina en el 2001 con el aval de sus dirigencias.

“El FMI es tal vez la más coherente ideológicamente entre las instituciones económicas supranacionales. Fue fundado en 1944 en la conferencia de Bretton Woods a fin de regular la cooperación monetaria internacional y preservar la estabilidad de los mercados financieros internacionales entre los vencedores y los vencidos de la Segunda Guerra Mundial. Su misión consistía explícitamente en evitar el desastre monetario que siguió a la paz de Versalles.

En los últimos decenios del siglo XX, sin embargo, el FMI modificó sustancialmente su misión con arreglo a tres ejes fundamentales: globalización del comercio, articulación financiera de los mercados e integración global de los circuitos de producción. Por consiguiente, el FMI se encarga de desarrollar una manera de gobernar las nuevas formas de la producción social global (…) mediante mecanismo financieros.

El proyecto básico del FMI ha consistido en forzar a los Estados nacionales a abandonar los programas sociales keynesianos y obligarlos a adoptar políticas monetaristas. A las economías débiles y necesitadas les dicta una fórmula neoliberal que incluye un mínimo gasto público en bienestar social, la privatización de las industrias y los servicios públicos, y la reducción de la deuda pública. Esta fórmula que se conoce como el “Consenso de Washington”, ha sido siempre criticada dentro y fuera de las instituciones económicas supranacionales. Algunas objeciones se fundan en argumentos económicos, por ejemplo, cuando se señala que esas políticas se están aplicando como una receta invariable en países distintos, sin considerar las especificidades nacionales ni tener en cuenta la relación entre políticas monetarias y dinámicas sociales.

Otras se dirigen más generalmente contra el programa político del modelo llamado “Consenso de Washington”: los autores de las políticas nunca son neutrales y siempre apoyan un tipo concreto de régimen político. Después de los desastres económicos del sureste asiático en 1997 y de Argentina en el 2000, que fueron atribuidos en buena parte al FMI, el modelo ha sido criticado todavía más ampliamente. Y sin embargo, a pesar de todas estas críticas y fracasos económicos, el FMI sigue dictando sus políticas monetarias neoliberales sin apenas cambio alguno”.

*El texto pertenece al libro de Antonio Negri y Michael Hard: “Multitud, guerra y democracia en la era del Imperio”. Editorial Debate, año 2004, páginas 205 – 206.

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