La enfermedad que es propia de los sectores más vulnerables aumentó un 6% entre 2015 y 2017. Las provincias más afectadas por esa enfermedad son Salta, Jujuy, Formosa y Buenos Aires.
Los casos de tuberculosis en la Argentina aumentaron 6% entre los años 2015 y 2017. Lo publicó la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria que en el Día Mundial de la Lucha contra la Tuberculosis que se celebra hoy precisó que la misma «es una enfermedad con gran incidencia a nivel mundial, lo que la convierte en una de las de mayor morbimortalidad».
Según la OMS hay 9 millones de casos nuevos por año de esta enfermedad que es la novena causa de muerte en el mundo y la primera, por encima del VIH, si se tienen en cuenta las enfermedades producidas por infección de un solo agente infeccioso. “En la Argentina, las provincias más afectadas por la tuberculosis son Salta, Jujuy, Formosa y Buenos Aires”, enfatiza el diario La Nación que se hizo eco del parte difundido y precisó que el 50% de los casos detectados en nuestro país corresponden a hombres y mujeres de entre 20 a 45 años.
Durante el año 2015 se registró un aumento de 0,4% de los casos de tuberculosis en el país, pero en el 2016 el incremento fue más significativo: 5.9% lo que supuso 10.592 nuevos casos registrados. Los datos de 2017 a nivel nacional estarán disponibles en junio de este año.
«La vulnerabilidad social, el acceso limitado a los servicios de salud, la estigmatización, la falta de un marco sanitario acorde, el hacinamiento en las grandes ciudades y la discriminación, son algunos de los factores -inherentes a la micobacteria- que dan lugar a que esta enfermedad siga generando cada vez más casos», indicó la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
La bacteria que causa la tuberculosis fue descubierta por el alemán Roberto Koch el 24 de marzo de 1882. Se trata de una de las enfermedades más antiguas que afectan a los seres humanos a pesar del progreso generado en su erradicación, es todavía un problema global.
El bacilo se transmite de persona a persona y el contagio más frecuente es por vía aérea. Al toser, estornudar, escupir o hablar, el enfermo libera los bacilos que pueden ser aspirados por personas sanas. Para que el contagio sea efectivo, el contacto con la persona enferma debe ser diario. Además, cuando la persona enferma está en tratamiento, no contagia a otras personas y tampoco se contagia por compartir el mate, cubiertos, o vasos, con una persona enferma.
Por otro lado, el bacilo Mycobacterium tuberculosis puede permanecer en vida latente durante años, sin generar síntomas, y sin generar contagios. Si bien la persona infectada no está enferma, es una persona sana infectada, y puede enfermarse ante ciertas situaciones que activen la enfermedad, como el estrés.