El organismo internacional exige al país un nuevo “pacto fiscal” para controlar las billeteras provinciales. Nación ofrecerá asistencia financiera a cambio de que las provincias desistan de judicializar reclamos.
“La visita del FMI que acaba de comenzar terminó de poner sobre la mesa ese menú para los gobernadores. Ya no se trataría de un tanteo sino de un camino decidido, aunque aún no allanado del todo”, resalta Infobae en su edición de hoy. Las conversaciones sobre un “consenso fiscal” venían hasta ahora en un segundo plano de atención, aunque la negociación con el Fondo lo colocó en foco.
Según los especialistas, los temas a tratar serían más o menos los de siempre: cómo amortiguar la incidencia de los impuestos locales en las cuentas de las empresas; definir el tipo de endeudamiento de las provincias; y finalmente, a cambio de asistencia del poder central, el Gobierno demanda que cada distrito renuncie a los reclamos contra la Nación. Lo último será difícil con el distrito que conduce Horacio Rodríguez Larreta que hace un mes judicializó a nación por la quita de un punto de coparticipación. A partir de ello, se entiende que toda la oposición se alineará con el jefe de gobierno porteño provocando roces.
La negociación con el Fondo le pone un marco más rígido a la relación con las provincias. Y eso resulta más transparente luego de que el ministro de Economía confirmara que, como era previsible, el Gobierno negocia con el Fondo un acuerdo de facilidades extendidas. Ese tipo de trato genera tiempos largos para el pago de la deuda, pero impone a la vez compromisos de cambios o reformas en terrenos sensibles, como el sistema previsional o el esquema impositivo.