La tormentosa relación entre el economista y los referentes del peronismo no K desliza a los medios a tratar de descifrar los misterios de un proceso que empantana al espacio a niveles sorprendentes.
“Lavagna quiere que primero se arme un frente para después ver ´el mecanismo de elección de candidato´. Los federales le piden que diga si está dispuesto a competir o no”, se juega el diario Clarín que muestra un enorme interés que la novela de enredos se resuelva de una buena vez.
Para ello, el medio nacional recuerda en su edición de hoy que el año pasado los cuatro referentes de Alternativa Federal fundaron el espacio, mientras Lavagna armó Consenso 19 junto al GEN de Margarita Stolbizer, el socialismo representado en el gobernador santafesino, Miguel Lifschitz, y con radicales críticos a Cambiemos como Ricardo Alfonsín.
Todos juntos levantaron la bandera del “gobierno de unidad”, aunque los capítulos de la novela se suman y el final feliz nunca aparece. Ambos sectores empezaron a hablar y coincidieron en el objetivo: armar una tercera opción electoral competitiva, pero “Lavagna y los progresistas no quieren sumarse a una PASO con Alternativa Federal porque consideran que sería quedar atrapados en una interna peronista. Piden armar un nuevo frente con los dos sectores (incluso habían barajado el nombre “Consenso Federal”), firmar un acuerdo programático -que serían cinco o seis definiciones sobre las primeras medidas que harían al llegar al Gobierno- y como tercer paso ver el método de elección del candidato”, reseña el matutino.
“Si bien Lavagna insiste en que la fórmula debe armarse por consenso, sectores de su entorno creen que si no hay forma de lograr ese consenso el ex ministro podría llegar a competir. Pero Alternativa Federal plantea ese último punto en primer lugar. Quieren que Lavagna asegure que está dispuesto a competir en unas PASO para entonces sí formar un frente conjunto entre los dos sectores”, concluye la nota que enfatiza que ninguno de los federales acepta bajarse para acompañar a Lavagna en el consenso que pretende encabezar y no hay diferencias sustanciales en las encuestas que los obligue a hacerlo.
En el último diálogo Schiaretti – Lavagna ese fue el punto que hizo caer la foto de familia que ya tenían programada. Además, los peronistas, sobre todo después del anuncio de la fórmula Fernández-Fernández, creen que es momento de acelerar los tiempos. “Así la situación, el diálogo no parece tener prendas de negociación”, finaliza el artículo.