El rector Miguel Nina desenfundó la motosierra ni bien asumió. El militante de la UCR se deshizo de personal con un clásico argumento libertario: acusa a los despedidos de ser personal político, aunque varios ingresaron por concurso.
Lo que comenzó a trascender el pasado lunes, terminó por confirmarse ayer: muchos trabajadores de distintas áreas universitarias fueron notificados de que el nuevo Rector prescindiría de sus servicios. Las víctimas del modelo “Nina” laboraban en el Comedor Universitaria, al Equipo de Comunicación, del Servicio de Educación a Distancia y del Equipo Interdisciplinario para el Abordaje de las Violencias de Género.
La situación mortifica a muchos empleados universitarios que se desempeñan en condiciones laborales híper precarias y que suelen ser los elegidos por quienes se inclinan al ajuste. En ese marco, el secretario general de ADIUNSA, Diego Maita, aseveró que están esperando más explicaciones por parte de la nueva gestión del rectorado sobre las razones de la medida que pone en la “misma bolsa” a personal contratado, de concurso o al de planta política.
“La situación es poco clara, más tras el comunicado que se sacó y que dejó muchas preguntas”, aseveró Maita por FM Pacífico, mencionando que a este personal desvinculados “le llegó una notificación, en algunos casos vía WhatsApp, diciendo que la universidad prescindía de sus servicios; cuando fueron a presentarse les dijeron que ya no tenían funciones para cumplir”.
Maita recalcó que no todos los desvinculados era personal político como afirma el rectorado, pues en el área de Abordaje de Violencia de Género hay quienes entraron por concurso. Además, puntualizo que lo ocurrido en el área del comedor deja una situación muy complicada porque los “que quedaron están sobrecargados”, espetó.
Para finalizar, el titular del gremio advirtió que “el modo de informar, fue improlijo, un fin de semana y vía WhatsApp, fue insensible, aquí hay un tecnicismo de los tiempos de Milei”, reclamó.