Más de 25 años atendiendo a pacientes de esa obra social. Una exadministrativa inició la denuncia. En los últimos años facturaban casi dos millones de pesos mensuales.
La Clínica del Neurodiagnóstico está ubicada en la calle Jujuy al 100, en el centro salteño. Sobre ella ya existían algunas denuncias previas, por ejemplo por el deficiente tratamiento que hacían de los residuos patológicos. Incluso, tras el inicio de dos sumarios y sendas inspecciones avaladas por la Justicia, recayeron multas sobre ella. Todo esto previo al destape del manejo de facturas y el cobro a pacientes de la obra social PAMI.
El trabajo con esta obra social inició en 1992 y en los últimos seis años facturaban un promedio de 1.800.000 pesos mensuales. Así lo indicó Mariel Carolina Pérez, exadministrativa de la clínica, quien tras ser removida de su cargo puso en evidencia el manejo espurio que se realizaba en la sobrefacturación.
“Yo manejaba el tema de facturación, así que comencé a observar algunas diferencias que me mostraban una sobrefacturación, ya que abuelitos que estaban en fisioterapia, los hacían figurar en terapia”, dijo Pérez a Nuevo Diario, y además explicitó: “Todos éramos víctimas del accionar de los directivos, ya que como empleados cobrábamos dos tres escalafones por debajo de nuestras funciones, además que no se podía avalar los malos tratos, la falta de higiene, y la estafa, en la que se involucraba a personas vulnerables, como lo son los abuelitos”.
Tras el reclamo, Pérez quedó —según indica el matutino— “en la mira” de los directivos y tras acusársele por un faltante de dinero en caja, fue despedida. Posteriormente realizó las denuncias PAMI y luego a la justicia, a través de PROFIXA (organismo que regula las clínicas), que posteriormente derivaron en allanamientos y la actual clausura.
Respecto a la situación actual de la clínica, la exadministrativa comentó: “me siento tranquila en parte, porque alguien les puso freno, pero me entristece por mis compañeros, a pesar que pedíamos las situaciones de malos pagos ya que, no teníamos obra social, y encima nos descontaban”.