Son dos las víctimas que denunciaron al sacerdote, ambos seminaristas. La audiencia se hará sin el acceso de la prensa, en el norte de la provincia.
Tras un par de años en suspenso, el lunes 21 en la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán dará inicio la audiencia de debate en el juicio contra quien fuera obispo de esa ciudad entre 2013 y 2019, Gustavo Oscar Zanchetta, actualmente imputado por por el delito de abuso sexual simple continuado en perjuicio de dos seminaristas durante los años que vivió en el norte salteño, antes de renunciar intempestivamente al cargo e irse a trabajar al Vaticano bajo el amparo de su amigo Jorge Bergoglio.
Durante la primera jornada se dará lectura al requerimiento de elevación a juicio de la causa, para luego dar inicio a la recepción de las testimoniales. Las audiencias se extenderán hasta el viernes 25 de febrero. El tribunal estará integrado por los jueces María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López, y Héctor Fabián Fayos. En el juicio interviene la fiscal Penal de Violencia de Género, Soledad Filtrin Cuezzo, y en tanto que el defensor oficial es Enzo Giannotti.
Dijo la justicia
Filtrin señaló que Zanchetta actuó «con ánimo doloso de involucrar sexualmente a las víctimas dando inicio al despliegue de actos y maniobras de seducción, manipulación y preeminencia por la función de superior jerárquico en el ámbito eclesiástico, logrando confianza, temor reverencial en las víctimas a través de tocamientos inverecundos cernidos en su cuerpo con clara significación sexual, quebrantando la voluntad de los mismos temerosos de perder su condición de seminaristas y poner fin con su vocación al servicio religioso».
Además la fiscal señaló que el exobispo sostuvo ese accionar abusivo «en el tiempo», agravó la acusación por tratarse de un «ministro de culto religioso reconocido», funciones que demandan «el deber de actuar con rectitud y apego a las normas morales y religiosas con mayor celo que la de un ciudadano común”.
El Ministerio Público Fiscal publicó que el informe psiquiátrico indica que el acusado “presenta personalidad con rasgos psicopáticos, indicadores de manipulación, emociones superficiales y escasa capacidad empática; no presenta psicosis, ni otro trastorno mental que altere la relación con la realidad. Además, precisa que se vincula a través de interrelaciones dispares, ejerciendo poder sobre el otro, y que puede comprender la conducta desplegada y discernir actos socialmente reprochables. También se indica que Zanchetta puede dirigir sus actos libremente.
Denuncias
Las dos denuncias fueron realizadas en febrero de 2019. La primera por un joven seminarista quien contó que sufrió hechos de abuso sexual en 2017 cometidos en el edificio del seminario Juan XXIII, y en un domicilio particular de Los Toldos.
En tanto otro seminarista denunció al exobispo por episodios de significación sexual y conductas inapropiadas “frente al público y en el ámbito privado” en la casa parroquial San Antonio, en el edificio del seminario Juan XXIII y en la casa de Zanchetta.
Audiencia sin prensa
La Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina mediante un comunicado exigió que el debate sea público: «La presencia de periodistas como sucedió en otros juicios en los que han sido llevados al banquillo otros integrantes del clero, permite que la lucha de les Sobrevivientes para obtener una justicia reparadora sea pública». Y remarcaron que el accionar de Zanchetta es sistemático contra el impedimento de la cobertura periodística como maniobra de ocultamiento de la información.
Por esto, indicaron, «es sumamente paradigmático por los abusos sexuales cometidos, por todos los intentos de la jerarquía eclesiástica de protegerlo y por el encubrimiento del que dicha jerarquía es responsable- recordamos que lo trasladaron al propio Vaticano -lo cual compromete a la máxima autoridad de la Iglesia Católica, el mismísimo Papa Bergoglio», subrayaron.