Argentina sufre el impacto de la crisis global desatada en Wall Street. Desde el gobierno minimizaron la situación que preocupa al resto del mundo.
La economía argentina se tambalea ante el colapso de los mercados internacionales que comenzó el viernes y se intensificó drásticamente este lunes. El impacto se hace sentir con fuerza en el país, donde el Riesgo País se ha disparado un 7,3%, alcanzando los 1729 puntos, su nivel más alto desde febrero. Este aumento no solo aleja las perspectivas del gobierno de Javier Milei de acceder a financiamiento en los mercados internacionales, sino que también arrastra consigo una caída significativa en acciones y bonos argentinos.
La turbulencia financiera se refleja en múltiples indicadores: los bonos argentinos se desploman alrededor del 5%, mientras que las acciones que cotizan en Wall Street experimentan caídas de hasta un 10% al inicio de la jornada. Los expertos advierten que esta situación podría tener repercusiones inmediatas en las cotizaciones de los dólares, que ya han mostrado una tendencia alcista en su apertura.
El panorama global no es más alentador, con Japón sufriendo su peor jornada desde 1987 al registrar una caída del 12%. Europa no se queda atrás, con pérdidas de entre 3% y 4% en sus principales bolsas, mientras que en Estados Unidos los índices más importantes oscilan entre caídas del 4% y 5%. Analistas señalan que esta crisis tiene múltiples causas, incluyendo los malos resultados de las empresas tecnológicas estadounidenses, el aumento del desempleo y el temor a una recesión en EE.UU., así como el encarecimiento del carry trade debido al aumento de tasas en Japón.
Frente a este escenario sombrío, el gobierno de Milei se trató de desligar del asunto. El vocero presidencial, Manuel Adorni, minimizó el impacto de la crisis financiera internacional, apoyándose en el orden de las cuentas públicas y la tendencia a la baja de la inflación. Sin embargo, los expertos advierten que Argentina podría enfrentar serios desafíos, incluyendo una posible caída en los precios y cantidades de sus exportaciones, lo que impactaría negativamente en el ingreso de divisas y la actividad económica en general.