En los días pasados se registró un incremento en el kilo vivo, el cual evidentemente tendrá repercusiones en la venta a los consumidores. Se espera que la suba sea de un 10%.
En los próximos días y semanas no será nada extraño que en las carnicerías de toda la provincia se registre un incremento de hasta el 10% (si no es superior) en la venta de carne vacuna, una vez se haya agotado el stock actual que evidentemente tiene otro precio.
El viernes pasado se dio el incremento de $4 en el kilo vivo, algo que sumado a lo que se viene incrementando en las tarifas de servicios básicos, luego termina repercutiendo en la venta de la media res y finalmente en el consumidor.
A principios de 2017, cuando ya se registraban incrementos en los precios cárnicos, el consumo volvía a caer a 57 kilos anuales por habitante. Algo que seguirá descendiendo para el año próximo, si tenemos en cuenta que comer un asado hoy por hoy es casi un lujo, lo mismo que cocinar diariamente con carne.
A principios de mes, Lucas Elizalde, presidente de la Sociedad Rural Salteña, comentaba al respecto que en el caso de la carne, el precio se altera más por inflación que por tipo de cambio: “Si bien la carne se exporta, más del 90% se consume en el mercado interno, entonces se mueve más por inflación, oferta o demanda local que por exportación. Cuando hay suba de dólar solamente suben productos que tienen cotización internacional y que son la soja, el maíz, el trigo, el girasol y el poroto”.
