Un incidente provocado por un comentario imprudente paralizó las operaciones en el aeropuerto Martín Miguel de Güemes. La broma del viajero sobre una supuesto explosivo en su equipaje desencadenó un operativo de seguridad que causó demoras y pérdidas materiales.
Un vuelo de Jetsmart con destino a Buenos Aires se vio interrumpido cuando un pasajero, al ser cuestionado por el exceso de peso en su maleta, respondió que llevaba «una bomba». Esta declaración activó inmediatamente los protocolos de seguridad, resultando en la detención del individuo y la destrucción de su equipaje por parte de la división antibombas de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). El incidente provocó retrasos significativos en otros vuelos, ya que el procedimiento se extendió por casi 90 minutos.
Las consecuencias para el bromista han sido severas. Además de perder sus pertenencias, posiblemente de valor, el hombre enfrenta una prohibición de volar durante una década y permanecerá detenido por al menos 48 horas en las instalaciones del aeropuerto. El caso ha pasado a manos del fiscal, quien determinará las acciones legales correspondientes, mientras se espera que el acusado tenga la oportunidad de ofrecer su versión de los hechos.
