En el Día Internacional de la Mujer, “Cuarto Oscuro” entrevistó a Tujuay Gea, hija de la reconocida referenta de los pueblos originarios fallecida el 1 de junio del año 2022. Una charla imperdible sobre una figura imprescindible del campo popular.
La incansable militante Octorina Zamora peleó durante décadas por los derechos de las comunidades indígenas del norte de Salta, convirtiéndose en la primera mujer wichí en encabezar históricas protestas y reclamos territoriales que la convirtieron en un ícono de la lucha originaria.
Nacida en 1958 en Embarcación, Zamora tuvo una infancia humilde en La Quena y Misión Chaqueña, de donde era oriunda su familia. A los 12 años fue enviada a Buenos Aires para ser cuidada por algunas familias que se comprometieron a acompañar sus estudios, un compromiso que se cumplió parcialmente.
«Durante muchos años en la ciudad y provincia de Buenos Aires, mi madre trabajó como empleada doméstica», recordó su hija Tujuay Gea Zamora en una entrevista radial por FM La Plaza. Además narró cómo, a pesar de su corta edad, comenzó a vincularse con otras personas indígenas que estaban en proceso de formación de lo que en su momento fueron AIRA y CISA, las dos primeras instituciones indígenas importantes del país.
Tras esa experiencia formativa con los movimientos originarios en Buenos Aires, Octorina regresó a los 17 años a Embarcación, donde estuvo un par de años antes de viajar a Brasil para conectar con sus raíces afro durante otros dos años aproximadamente.
«Conoció el movimiento indígena y afro de Brasil, y luego regresó a Embarcación con un gran conocimiento de cómo funciona el movimiento originario en la región», detalló Tujuay. Ya en Argentina, se vinculó con el sociólogo Guillermo Magrassi, quien la introdujo al mundo intelectual que estudiaba la cuestión indígena en Salta.
A mediados de los 80, Octorina y su familia se mudaron a Santa Victoria Este, donde ella trabajaba con las cajas del Plan Alimentario Nacional (PAN) durante el gobierno de Alfonsín. Allí, la lucha de Zamora cobró un nuevo impulso.
«Recorrió el Chaco salteño y conoció más en profundidad la situación de ese lugar y los conflictos territoriales históricos», narró su hija. Terminó organizando un grupo de personas para hacer los primeros reclamos territoriales wichí, llevándolos hasta Salta capital para tomar medidas de fuerza.
Los contundentes métodos de protesta de Zamora, como encadenamientos en la Catedral salteña, causaron gran polémica y resistencia incluso dentro de las propias comunidades indígenas por el rol protagónico que asumía una mujer, algo muy raro para esas épocas, y que sobresalía del machismo imperante en las comunidades.
«Había una propuesta performática para llamar la atención de forma rompedora, porque era totalmente fuera de lo habitual que una mujer indígena del Chaco salteño sea tan visible», explicó Gea Zamora. «Ella rompió con ese esquema machista de una forma escandalosa para la época», explicó luego.
A inicios de los 90, las manifestaciones públicas lideradas por Zamora lograron instalar en la agenda el reclamo territorial wichí y la necesidad de ser reconocidos como parte de la Argentina, algo que muchos salteños desconocían. Además, impulsó el uso del término «wichí» en reemplazo del peyorativo «matacos».
«Pudo haber momentos de nuestra crianza en los que sentimos que nuestra madre no estaba por su constante activismo, pero lo que se construyó es grandioso y estoy totalmente agradecida», expresó Gea Zamora al rememorar el legado de Octorina, quien se convirtió en una referente que además subvirtió los roles tradicionales de género en las comunidades originarias.
La hija médica, formada en Cuba, resumió: » Octorina lo rompió todo, digamos, a nivel social, a nivel histórico, y también en en la forma de la organización familiar. Entonces, construimos mucho orgullo y ella, además de nuestra madre, se convirtió en nuestra referente».
