Lo aseguraron la Asamblea de Becarios y Becarias de Conicet de Salta y la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras de Ciencia y Técnica de Salta. Ya hay despidos.
Mientras en Buenos Aires el Congreso debate las distintas propuestas del gobierno de Javier Milei, en Salta esas iniciativas ya empiezan a impactar de manera directa y concreta, confirmando lo peor que puede ocurrirle a un trabajador, que es ser despedido.
A la fecha, hay varios despidos en la comunidad científica, según aseguraron fuentes del sector salteño este lunes en Nuevo Diario. Se trata de representantes de diferentes asociaciones y de la Universidad Nacional de Salta, quienes aseguraron que Milei avanza con un desfinanciamiento y desprestigio que podría ser muy perjudicial para la ciencia en el país.
En el matutino, representantes de la comunidad científica de la Universidad Nacional de Salta que pidieron no ser identificados, aseguraron que cerca de cincuenta personas ya perdieron sus puestos y no descartan que las bajas se incrementen en el marco de una «política de vaciamiento» impulsada por el gobierno nacional.
En el mismo medio, desde la Asamblea de Becarios y Becarias de Conicet de Salta y la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras de Ciencia y Técnica de Salta, expresaron «la preocupación» que genera «este desfinanciamiento, este desprestigio y esta imposibilidad de concebir lo necesario, que es la ciencia y la tecnología en un país que se propone no solamente productivo sino también equitativo y justo».
«Invitamos que busquen la página de internet y vean cómo se financian nuestros proyectos, qué áreas tienen, qué porcentajes, qué temas investigamos, pues se van a llevar una sorpresa muy grata. Tenemos una multiplicidad de estudios que nos hacen estar en el ranking 22 del mundo como organismo científico y primero en América Latina», afirmaron los investigadores.
Según precisaron, en Salta y Jujuy existen diez institutos de investigación del CONICET y más de cien investigadores en zonas de influencia como los Hospitales Papa Francisco, Oñativia, Materno Infantil; u organismos como el INTA, Parques Nacionales, etc. Además explicaron en relación al alcance de sus trabajos que, cada instituto tiene sus propias líneas de investigación con aportes significativos en tecnologías de distintos rubros como biotecnología, energía renovable, agtech, litio, salud humana, acceso y calidad del agua, acceso a la justicia, sanidad animal, buen vivir de comunidades wichís, kollas; programación, estadística, contaminación de suelos, análisis para empresas y proyectos, hidrocarburos, chagas, dengue, leishmaniasis, tiroides, riesgos ambientales, alimentos, entre los principales.
«No hay ñoquis en el CONICET, todos los estamentos ingresan por concurso. No hay partidos ni acomodos», agregaron, y señalaron que la Ley Ómnibus que se discute en este momento en el Congreso presenta «una multiplicidad de artículos» que «impactan» en la comunidad científica. «No sólo como organismo de ciencia, sino también en las distintas temáticas que estudiamos y que nos interpelan porque formamos parte de esos espacios del medio ambiente, del género, de la educación, del arte, de la cultura. Pero nosotros entendemos que lo más preocupante de esta ley tiene que ver con las facultades delegadas. Esta posibilidad de delegarle capacidad de facultades legislativas al Poder Nacional durante un año y con la posibilidad de prorrogar es lo que nosotros entendemos que le va a permitir al Poder Ejecutivo tomar decisiones del ámbito legislativo y que conllevan una discusión democrática sobre algunos aspectos, en donde entendemos que va a ejecutar esta posición de la que ya estuvimos hablando respecto al pensamiento y lugar que el presidente Milei cree que tiene que tener la ciencia y la técnica en la Argentina», expresaron con preocupación.
«Hay una forma de pensar la ciencia y las investigaciones que plantea que todo lo que hace Conicet debería ser financiado por el sector privado y que si el sector privado no lo hace quizá no es rentable y no es necesario. Esa mirada, más allá de una perspectiva, más allá de que conlleva una perspectiva ideológica respecto del uso de la ciencia y la tecnología y la soberanía científica en general, más allá de que es un posicionamiento ideológico, es una mirada que desconoce la forma en la que se construye el conocimiento, y el conocimiento se construye de forma colectiva», agregaron.