Aseguran que por el trabajo les pagaron mucho menos de lo que deberían. El intendente Atta Gerala no los quiso atender.
Los trabajadores desocupados de Coronel Juan Solá (Morillo) fueron parte de la obra que comprendió 25 módulos habitacionales del Instituto Provincial de la Vivienda. Por supuesto que el trabajo se hizo en condiciones que rozan la ilegalidad: sin contrato ni seguro en caso de accidentes. Además destacaron que no hubo supervisión alguna por parte de Nación respecto a los fondos enviados para la obra.
Miguel Palma, referente de los trabajadores, señaló a la prensa que quien dirige la obra en la zona es el hijo del intendente Atta Gerala, un hombre de peso en la región y con un prontuario municipal para nada luminoso. Los materiales, además, se compran en el mismo corralón de otro hijo de Gerala.
Se comunicaron con la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), y Vicente Saavedra, dirigente del gremio de Tartagal, les indicó que no pueden hacer nada por ser una obra de la provincia. También los mandó a comunicarse con la Cámara de Trabajo del IPV.
Palma señaló que querían pagarles 187 mil pesos por módulo. Ante el reclamo, les dijeron que como mucho les aumentan a 250 mil pesos. «Hicimos reclamos ayer y antes de ayer, estamos predispuestos al diálogo con el señor intendente (Atta Gerala) y no nos quiso dar, se hizo el rebelde», expresó Palma.
