Fue un enfrentamiento de oposición política contra la dictadura militar. Se articuló al proceso revolucionario que se desarrollaba a escala internacional y nacional con protagonismo obrero y que implicó el estallido de “azos y puebladas”, huelgas generales, crisis de régimen y de gobierno. (Alejandra Soler y Carlos Abrahan)
Desde 1966, en la provincia de Salta, se produjeron procesos de lucha comunes de obreros y estudiantes contra los gobiernos de la dictadura: un ejemplo a destacar son los enfrentamientos en las calles de la ciudad el 28 de junio de 1968, con iniciativa de la CGT local con motivo del aniversario del golpe de estado de 1966.
Desde enero de 1969, Salta vivía un clima de movilización de obreros de establecimientos privados y públicos por aumentos de salarios. En febrero, durante la llamada “Marcha de hambre”, los manifestantes se enfrentaron a las fuerzas armadas del Estado en las calles céntricas de la ciudad. Durante los meses siguientes tuvo lugar una intensa movilización obrera: paros (de Vialidad, AGAS) y huelgas generales de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), atentados en empresas, en el “aristocrático” Club 20 de Febrero y en el Consulado Boliviano, y el 1 de mayo un acto relámpago con enfrentamientos.
En mayo, la movilización social y la represión se intensificaron en todo el país. Fueron asesinados por las fuerzas estatales los estudiantes Juan José Cabral y Adolfo Bello. En la ciudad de Salta, el 19 de mayo se produjeron movilizaciones y asambleas de estudiantes universitarios que declararon el “paro de estudiantes”. Al día siguiente convergieron obreros y estudiantes en asamblea, y se tomó la Facultad de Ciencias Naturales, propuesta por un dirigente estudiantil de PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores).
El 21 de mayo finalmente se desencadenó el Salteñazo. La situación local y nacional lanzó a las calles a estudiantes universitarios, secundarios y obreros en la ciudad de Salta. La fuerza social movilizada bajo la dirección de los estudiantes se opuso al régimen de la dictadura, al gobierno militar y exigieron la renuncia del gobernador, además de oponerse a las quitas zonales que afectaban a obreros metalúrgicos de varias provincias, entre ellas Salta.
Durante diez horas se desarrollaron múltiples formas de lucha en el centro de la ciudad y alrededores: toma de facultad, concentración, movilizaciones en columnas, atentados, aprovisionamiento de proyectiles, pedreas, barricadas, lucha callejera, lucha cuerpo a cuerpo con la policía, marcha de antorchas, ocupación de la plaza central y espacios sociales de la burguesía (Club 20 de Febrero).
Varios atributos señalan la magnitud del enfrentamiento de masas: la policía perdió dominio de la situación y el ejército se encontraba preparado para reprimir. Según las fuentes la masa de movilizados se estima entre mil y dos mil manifestantes, y existía coordinación en el ataque a las fuerzas del estado. Además, se realizaron movilizaciones estudiantiles en varios puntos del interior provincial y los detenidos alcanzaron a ciento cincuenta y cuatro personas. La prensa escrita caracterizaba de hechos sin precedentes, y un centro de la ciudad que “… ofrecía el aspecto de un campo de batalla”.
En los días posteriores continuó la movilización, pero cesaron los enfrentamientos callejeros y las fuerzas militares lograron controlar la ciudad. A favor de la lucha se colocan fracciones de la Confederación General del Trabajo (CGT), trabajadores rurales, sectores de abogados, coordinadora de estudiantes secundarios e intelectuales; en contra de la lucha, diario El Tribuno, colegio de abogados y Club 20 de Febrero.
El 29 y 30 de mayo, con el Cordobazo en desarrollo, en Salta toma forma la huelga general por reivindicaciones obreras y en contra de la represión; la adhesión fue alta y se realizaron varios atentados, enfrentamientos y detención de obreros y estudiantes.
El Salteñazo abrió un periodo de ascenso de la lucha de clases en la provincia de Salta que se extendió hasta 1973, donde obreros y estudiantes protagonizan diferentes azos y puebladas en la provincia en contra de la dictadura militar.
Aunque hacen falta muchas más cabezas y manos para completar estudios sobre las luchas de los explotados en Salta durante el siglo XX, con lo que ya sabemos, la imagen de una población que aceptaba el mundo tal cual era, queda conjurada.