El nuevo delegado admitió su designación hoy, aunque viajo a Tartagal el jueves. Intervino en el caso de la joven toba que no fue asistida mientras se desangraba porque el médico “supuso” que se había practicado un aborto.
En los pasillos del activo político salteño cobró fuerza en los últimos días el nombre de Gustavo Farquharson como sucesor de Álvaro Ulloa en la delegación Salta del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo. Hoy el rumor devino en certeza cuando el flamante funcionario admitió su designación en el organismo que a nivel nacional conduce la referente feminista Victoria Donda.
Farquharson condujo la Secretaría de Lucha contra las Adicciones en los primeros años de la gestión Urtubey, aunque fue uno de los primeros funcionarios en renunciar a ese gobierno. Lo hizo denunciando la falta de presupuesto y enfatizando que el gobernador se equivocaba al colocar esa Secretaria en el ámbito del ministerio de Salud tratándose de una problemática social más que médica. Luego asumió la dirección del ISEPCi – Salta, (Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana), un equipo técnico que inauguró en el país y en la provincia la práctica de relevar la inflación y los precios en los barrios populares.
Mantiene desde hace años un perfil bajo, aunque sin abandonar las relaciones con referentes locales y nacionales comprometidos en la lucha contra la pobreza y en la ampliación de derechos como es el caso de la propia Victoria Donda quien indudablemente debió impulsar o al menos respaldar su nombramiento. De hecho, en el posteo que realizara hoy el nuevo delegado destaco lo siguiente: “Muy agradecido con Victoria Donda por la oportunidad y la confianza, junto a ella y al Presidente Alberto Fernández, vamos a trabajar por un INADI que logre construir una sociedad sin discriminación, sin violencia, justa y solidaria”
Ya en funciones, fuentes consultadas por CUARTO aseguran que Farquharson se encontró con una delegación local que sufrió las consecuencias de la inacción nacional durante los cuatro años de gestión macrista: marcada ausencia en la sociedad, expedientes paralizados, denuncias que nunca se tomaron y un plantel que en Salta incluye a una trabajadora técnica y dos administrativas que al enterarse que viajarían a Tartagal para tomar la denuncia de un grave hecho de discriminación, le advirtieron al nuevo delegado que el INADI Salta carecía de movilidad alguna, con lo cual debieron partir al norte en el vehículo particular de Farquharson.
Allí se reunieron con Clara Pistán, la madre de la joven toba que sufrió violencia obstétrica, de género, abandono de persona y discriminación. Ocurrió en el Hospital Juan Domingo Perón de Tartagal y fue noticia nacional: la joven toba de 18 años llego al nosocomio desangrándose y no recibió asistencia porque el médico Patricio Parra Marin supuso – entre otras cosas – que se había practicado un aborto, diagnóstico que “corroboró” otra médica sin practicarle exámenes y dando inicio a un calvario que empezó cerca de las 1,30 del sábado 18 de enero e incluyo destratos, violencia, negativas a tratamiento, expulsión de la enferma del hospital, cambio de pañales en la vereda del nosocomio, intervención de terceros para exigir que se atienda a la joven que debió practicarse ecografías en una clínica privada y pruebas de embarazo que corroboraron que no había aborto porque nunca hubo embarazo.
El jueves pasado, Gustavo Farquharson se reunió con Clara Pistan y su hija en el domicilio del grupo familiar y les tomó la denuncia. También se apersonó en el Hospital y exigió la entregaran la historia clínica de la joven, documento que el nosocomio le negó a la familia durante días. El expediente ya empezó a rodar y los profesionales involucrados y el propio hospital deberán ser evaluados con las normas que rigen en el país y cuyo objetivo es terminar con la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.