Se trata de la conjunción de Júpiter y Saturno. El fenómeno acontecerá en horas de la tarde, luego de la puesta del sol. Ocurrirá por primera vez en 800 años. Su historia tiene vínculo con la fe cristiana.
Este inédito suceso, que consta del acercamiento entre ambos planetas formando uno solo, no se repetirá hasta el año 2080. Dicha conjunción fue bautizada con el nombre “Estrella de Belén”. Júpiter y Saturno alinearán su trayectoria por primera vez en 800 años, convirtiéndose así en un “planeta doble”. Los primeros indicios de la alineación comenzaron a ser visibles a partir del pasado miércoles 16 de diciembre.
Durante este 21 de diciembre, alcanzará su pico máximo de acercamiento (700 km de distancia) para, luego, distanciarse lentamente en los tres días próximos. Dicho fenómeno será visible una hora después de que se esconda el sol. Por lo tanto, el evento ocurrirá alrededor de las 21 horas. Para poder presenciarlo, basta con situarse en un espacio abierto y que, además, el clima sea favorable. Será necesario situarse mirando al cielo en dirección hacia el sudoeste. “Expertos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) recomiendan el uso de un telescopio de poco alcance o unos binoculares para poder visualizar la conjunción en todo su esplendor”, resaltó el diario Perfil en su edición de ayer.
La alineación será observable en todas partes del mundo, pero Ecuador vivirá una experiencia más vívida porque el fenómeno durará más horas. El hito astronómico posee el nombre de la “Estrella de Belén” por su relación con la tradición cristiana. En el Nuevo Testamento, existe un pasaje que narra el encuentro de los Reyes Magoscon María, José y el Niño Jesús. Previo a la llegada de los eruditos sacerdotes a Belén, los tres Reyes Magos siguieron una intensa estrella que surcaba por los cielos y trazaba el camino hacia el hijo pródigo.
Este evento astronómico comenzó en los días previos a la víspera de Navidad, festividad que conmemora el nacimiento de Jesús, y es por eso que es asociado con la conjunción entre dichos planetas. Sin embargo, no sería la primera vez se establece una relación con la historia divina. En el siglo XVII, el astrónomo y matemático alemán, Johannes Kepler, argumentó que el mismo fenómeno podría haber servido de inspiración en aquella historia de Mateo.