The Nature Conservancy (TNC) y la Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz (FUNDAPAZ) sellaron una alianza con el objetivo de proteger su biodiversidad y mejorar la calidad de vida de las comunidades locales.
El proyecto se presenta en el marco del Día Mundial del Agua que se celebra cada 22 de marzo y tiene como objeto un río que representa uno de los últimos corredores vírgenes de la Argentina. “Esa cualidad, de santuario no intervenido por la mano del hombre, lo destaca por su funcionalidad, su estructura y la conectividad que ejerce desde los Andes hasta la llanura Del Plata en el territorio argentino” destacan los impulsores del proyecto.
Agregan que por tratarse de un río inalterado suelen ser menos propensos a inundaciones extremas, albergan una gran variedad de especies de plantas y animales, y mantienen el equilibrio de los ecosistemas acuáticos haciendo que su conservación sea vital para enfrentar los desafíos del cambio climático.
“Se origina en Bolivia y fluye a lo largo de 1.450 km hacia su desembocadura en el río Paraguay, sus afluentes atraviesan Jujuy, Salta, Formosa y Chaco. ´Una serie de problemáticas ambientales, sociales y económicas atraviesan a esta región chaqueña —explican desde FUNDAPAZ—. Con una población de alrededor de 1 millón y medio de habitantes en toda la cuenca, el río atraviesa esta ecorregión y sostiene los medios de vida de 164 comunidades indígenas (de etnias guaraní, tobas, chorote, kollas y wichí) y criollos, establecidos en 1.849 asentamientos (parajes o puestos) con los índices más altos de vulnerabilidad social en el país”, enfatiza el proyecto para liego precisar que el Bermejo sostiene los medios de vida de más de 160 comunidades indígenas y criollas.
Según el Atlas total de la república argentina, en la cuenca del río Bermejo se destacan los siguientes recursos naturales y económicos: una valiosa zona de regadío en la parte occidental, en la provincia de Jujuy y Salta con importantes cultivos de caña de azúcar; una extensa zona ganadera a lo largo de todo el río y a ambos costados, con más de un millón de cabezas vacunas y lanares; una gran extensión de campos cubiertos de bosques naturales con vegetación tropical salteña típica que va intensificando su densidad boscosa a medida que el cauce del Bermejo avanza hacia su desembocadura.
Desde Nature Conservancy aportan: “Las principales amenazas ecológicas son la falta de infraestructura adecuada para el manejo del río, la ausencia de regulaciones ambientales y el cambio en el uso del suelo. La falta de regulaciones ambientales tiene como consecuencia la contaminación de sus recursos naturales, especialmente por vertederos ilegales a lo largo del área ribereña, que están relacionados con condiciones de vida precarias y desechos industriales descargados río arriba”.
TNC y FUNDAPAZ quieren implementar estrategias para preservar los recursos pesqueros —con el fin de mejorar la seguridad alimentaria—. También buscan que el río fluya libre en todo su recorrido y proteger los hábitats de especies endémicas, además de hacer un monitoreo de calidad del agua. “Para lograr estos objetivos, buscaremos la participación activa de las comunidades locales, escuchando sus voces y fortaleciendo su organización y capacidades en la toma de decisiones, a través de actividades que les permitan apropiarse del Programa y sus objetivos”, expresan.
La falta de infraestructura, la expansión agrícola y los vertidos ilegales son algunas de las principales amenazas para la cuenca del río. El 17 de febrero, los referentes territoriales de FUNDAPAZ compartieron con TNC los datos del primer relevamiento exhaustivo del territorio. En esta primera etapa exploratoria, se encontraron varias claves esenciales para proteger el río. Desde entonces, el compromiso quedó plasmado como algo urgente por el futuro del Bermejo, el último rio que se mantiene en estado prístino y virginal.