Si bien el Ministerio aseguró que no se perderían los puestos de trabajo, los maestros se alarman ante los pocos alumnos.
La separación de la religión del horario escolar en las escuelas públicas salteñas tiene una consecuencia que probablemente nadie quiere y es la preocupación de los docentes especializados del área por su futuro laboral.
La Asociación de Docentes de Enseñanza Religiosa, a través de su titular, Mirna Tolaba, advirtió del delicado momento que atraviesan los maestros del área.
Tolaba dijo que hay pocos alumnos para el dictado de clases de Religión porque al no incluirla en la currícula obligatoria, el Ministerio terminó de resolver la implementación en abril. En FM Aries, explicó que hay 611 docentes que cumplen funciones de ordenanza por la falta de tareas.