Los puestos reciben a muy poca gente. Los que perdieron su lugar y sólo pueden vender en la calle también padecen calor y lluvias.
El incendio ocurrido el mes pasado en el Mercado San Miguel fue sólo una de las malas noticias que recibió el emblemático lugar de nuestra ciudad en las últimas semanas. Recientemente se sumó algo que abarca a todo el país: la crisis.
Según informó el diario El Tribuno, hay preocupación por la baja en las ventas de los puestos del mercado.
El matutino salteño aseguró que muy poca gente ingresa el mercado. Los puesteros sufren y la situación posterior al incendio se vuelve preocupante.
Para colmo, la lluvia y el calor también golpean a los puesteros que quedaron ambulantes tras la pérdida de sus puestos.
