El concejal volvió a extender el pedido de licencia sin goce de sueldo. Desapareció desde que justificó su abultado salario público.
El altanero que enseguida se borra debe ser de las caídas más humillantes que existen. Demostrar que en realidad toda la bravuconería no era nada más que palabras y que a la hora de la verdad lo mejor que puede hacer es desaparecer es la confirmación de la falta de integridad. ¿Pero qué se puede esperar de un concejal que cree que es justo ganar un millón de pesos mensuales en una provincia en la que la pobreza avanza?
Es el caso de José García, que desde que dijo que su salario millonario de concejal estaba justificado, se volvió meme, sticker y pancarta para protestar por la brecha entre la clase política y la gente.
«El que no esté a la altura del sueldo que tiene como concejal, que se vaya a su casa, papá. Por lo menos quien les habla trabaja casi 24 horas por día», dijo García en el recinto, en el mes de mayo, cuando se despertó la polémica por el salario mensual de los ediles de la ciudad.
Desde entonces, la situación de García se complicó. Su imagen se volvió negativa. Los docentes que marcharon por las calles de la ciudad y la provincia usaban su cara para decir «quiero cobrar como José García». Enterró su propia fosa, se borró y todavía no vuelve.
Primero empezó con ausencias injustificadas inmediatamente después de volverse viral. Luego, tras el receso invernal, pidió licencia por motivos personales. Licencia que fue extendiendo y que esta semana volverá a prorrogar. Tuvo la decencia, eso sí, de pedirla sin goce de sueldo. Ya había gozado mucho.
