sábado 14 de diciembre de 2024
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Curiosidades | El ex palacete de un salteño que funciona como escuela de espías en el barrio porteño de La Recoleta

Victorino de la Plaza nació en Cachi (Salta) y fue vicepresidente de Roque Sáenz Peña a quien reemplazó en la presidencia. La historia del lugar se conoció en medio del escándalo generado por las causas de espionaje durante el gobierno de Macri.

La casona aristocrática se ubica en el tradicional barrio porteño, más precisamente en Libertad 1235, entre Juncal y Arenales. Allí vivió el expresidente Victorino de La Plaza hasta su fallecimiento en 1919. Nueve años antes, el salteño nacido en Cachi en el año 1840 llegó a la vicepresidencia acompañando a Roque Sáenz Peña en el binomio del Partido Autonomista Nacional. Su historia anterior es singular: hizo la escuela primaria en una institución pública y de niño y adolescente vendió diarios, jabones y empanadas hasta que fue becado por el gobierno de Justo José de Urquiza para cursar en el Colegio del Uruguay, Entre Ríos, dónde fue compañero de Julio Argentino Roca.

Ya en Buenos Aires y como estudiante de filosofía comenzó a trabajar en la Contaduría Nacional, pero abandonó todo y se sumó a los batallones que participaron de la Guerra de la Triple Alianza siendo galardonado por el gobierno de Uruguay por su desempeño en los combates de Estero Bellaco y Tuyutí y ascendido al grado de capitán por el presidente Bartolomé Mitre. Tras el conflicto y de nuevo en Buenos Aires, estudió abogacía y fue apadrinado por Dalmacio Vélez Sarsfield. Participó de la redacción del Código Civil, fue abogado de bancos y diplomático apostado en Londres donde, en 1890, renegoció la deuda externa del país por encargo del presidente Pellegrini.

Ya como vicepresidente debió reemplazar a Sáenz Peña que solicitó una licencia por enfermedad de la que nunca pudo volver. Como presidente en ejercicio reglamentó la ley de voto universal secreto y obligatorio y declaró la neutralidad argentina en la Primera Guerra Mundial. Es considerado el último presidente del período conservador y fue el encargado de entregar la banda presidencial a Hipólito Yrigoyen.

Sin hijos que lo hereden dejó dineros, libros y mapas a la UBA, a los hospitales de Salta y a la Biblioteca Pública de Cachi. Su casa, mientras tanto, es hoy sede de la usina de “espías” de la AFI, ex Side. En ese edificio el sistema secreto recluta, adoctrina y especializa futuros a través de cursos, seminarios y posgrados como paso previo a formar parte del plantel formal de espías.

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