Marcelo Castillo tendrá el beneficio dos veces al mes, más de 24 años después del homicidio. El régimen progresivo podría derivar en una futura evaluación de libertad condicional.
Casi un cuarto de siglo pasó del del homicidio del sacerdote Ernesto Martearena, y recientemente se supo que uno de los condenados comenzó a recibir el beneficio de salidas transitorias. Se trata de Marcelo Castillo, quien junto a Javier Alfredo Alanís Colausti recibió prisión perpetua por el crimen cometido en octubre de 2001.
Las salidas se realizan dos veces al mes, en días separados y en semanas diferentes, por disposición judicial. «Después, según su comportamiento, podrían otorgarle salidas de viernes a domingo para luego regresar al penal, y esto sería el paso previo a conseguir la libertad condicional», indicó una fuente. Castillo tenía 19 años al momento del hecho.
El asesinato ocurrió en la casa parroquial de la iglesia Nuestra Señora de Fátima. Según la reconstrucción judicial, ambos condenados ingresaron en la madrugada, exigieron dinero al sacerdote y, ante su resistencia, lo apuñalaron 18 veces. Luego intentaron incendiar el lugar para borrar evidencias.
La identificación de los responsables se produjo cuando Alanís intentó usar una tarjeta bancaria de la víctima en un cajero automático y su rostro quedó registrado en las cámaras de seguridad. Según informó El Tribuno, circularon rumores que señalaban a Alanís como el beneficiado con las salidas, pero esto fue descartado.
