La tasa de desocupación aumentó 1,4 puntos porcentuales en comparación al año anterior y trepó al 7,6%. El incremento afecta principalmente a mujeres jóvenes, cuya tasa de desempleo subió 3 puntos porcentuales.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) reveló un incremento significativo en la tasa de desempleo en Argentina durante el segundo trimestre de 2024. El índice se situó en 7,6%, lo que representa un aumento de 1,4 puntos porcentuales respecto al mismo período de 2023, cuando se registró un 6,2%.
Esta cifra se traduce en aproximadamente 1.734.000 argentinos desempleados, con un aumento de 383.000 nuevos desocupados en comparación con el año anterior. A pesar de este incremento anual, se observó una leve mejoría de 0,1 puntos porcentuales respecto al trimestre anterior, cuando el desempleo alcanzó el 7,7%.
El panorama laboral muestra signos preocupantes, ya que la tasa de subocupación marcó un 11,8% de la Población Económicamente Activa (PEA), aumentando 1,2 puntos porcentuales frente al segundo trimestre del año previo. Además, la presión sobre el mercado laboral, que incluye desocupados, subocupados y ocupados demandantes, creció del 27,9% al 29,7% de la PEA en la comparación interanual.
Las disparidades geográficas son notables, con ciudades como Resistencia, La Plata y el Gran Buenos Aires mostrando las tasas de desempleo más altas, mientras que Santiago del Estero y Viedma presentan niveles casi inexistentes. Asimismo, se destaca la situación en Córdoba y Jujuy, donde, a pesar de tasas de desocupación moderadas, existe un alto porcentaje de trabajadores buscando activamente empleo.
En el contexto del gobierno actual, los primeros siete meses de la administración de Javier Milei han visto una pérdida de 182.500 puestos de trabajo asalariado. Las expectativas para el futuro siguen siendo inciertas, con proyecciones gubernamentales que anticipan un aumento en los seguros de desempleo para el próximo año, reflejando los desafíos continuos que enfrenta el mercado laboral argentino en medio de la recesión económica y la persistente inflación.
