Un sujeto de 43 años fue sentenciado por delitos de amenazas, privación ilegítima de la libertad y desobediencia judicial, tras un juicio abreviado. La víctima, su expareja, denunció aislamiento, violencia y amenazas de muerte, incluyendo la quema de su vivienda con sus hijos dentro.
Un hombre de 43 años fue condenado a dos años de prisión condicional por el juez Martín Pérez, en el marco del Plan Piloto de Oralidad, tras ser declarado autor material de los delitos de amenazas, privación ilegítima de la libertad agravada y desobediencia judicial. La sentencia unificó esta condena con otra previa por robo, tras un juicio abreviado que determinó su responsabilidad penal.
La víctima, expareja del acusado, relató que durante once meses de convivencia en un domicilio de la calle San Luis, fue encerrada con llave en varias oportunidades. Además, denunció que el hombre consumía sustancias prohibidas y salía a robar, manteniéndola aislada para evitar que revelara sus actividades. Tras separarse, el acusado la amenazó de muerte y, meses después, se presentó en su nuevo domicilio, advirtiéndole que quemaría la casa con ella y sus hijos adentro, a pesar de tener medidas cautelares vigentes.
Como parte de la sentencia, el condenado deberá cumplir con un tratamiento psicológico en un centro de salud cercano a su domicilio, previa evaluación que acredite su necesidad y eficacia. Además, se le prohibió acercarse o contactar a la denunciante, así como ejercer cualquier acto violento en su contra. Estas condiciones forman parte de las obligaciones que deberá respetar para mantener la prisión en suspenso.
