La alta inflación combinada con el congelamiento de ingresos en gran parte de la población terminó incidiendo en el balance turísticos. Niveles de reservas inferiores a la de años anteriores y estadías más cortas.
En el sector turístico se realizan balances tras el fin del primer mes y tratan de diseñar políticas de intervención de cara a febrero. Con respecto a lo primero destacan que la primera quincena de enero estuvo signada por un «mayor nivel de incertidumbre» por parte de los consumidores argentinos. Así lo manifestó al diario Ámbito Financiero Gabriela Ferrucci, presidenta de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHTRA). Esa situación impactó en las reservas concretadas para ese periodo, sobre todo en los destinos que trabajan mayoritariamente con público nacional.
La segunda quincena de enero, sin embargo, presentó «cierta mejora en las reservas concretadas», logrando en destinos como Mar de las Pampas, Pinamar, Ostende y Cariló porcentajes de ocupación cercanos al 90%. «En aquellos lugares de playa, las estadías en general fueron más cortas, con tendencia a ocupación plena en los fines de semana», aclaró Ferrucci.
“La demanda de ambas quincenas en el resto del país, específicamente en Chubut, Córdoba, Mendoza, Iguazú, el norte argentino (Salta, Jujuy, Tucumán) y el interior de la Provincia de Buenos Aires, estuvieron por debajo de lo esperado, alcanzando valores entre 40% y 50%, según el destino evaluado y los datos aportados por AHTRA” destacó el medio ya citado que acotó lo siguiente: “hubo ciudades donde la incidencia de la demanda de turismo extranjero mejoró la ecuación, como la Ciudad de Buenos Aires y San Carlos de Bariloche.
En general, la demanda respecto a febrero sigue demorada respecto a años anteriores: La Costa cuenta con buenas expectativas y, en contraposición, la zona del NOA, Mendoza, Córdoba e Iguazú es más compleja, con valores de ocupación proyectados bajos.
