Aunque la baja de impuestos era el espíritu del Pacto firmado entre provincias y nación, la mayoría aprovechó vericuetos legales y el perpetuo desconcierto de la Casa Rosada para subir alícuotas.
“En el Gobierno se sienten defraudados con los gobernadores luego de la firma del acuerdo fiscal” enfatiza el periodista Carlos Lamiral en un artículo publicado hoy por el diario Ámbito Financiero. Y es que solo cuatro distritos cumplieron con ese pacto que obligaba a reducir de manera gradual el Impuesto a los Ingresos Brutos en un gran número de actividades, aunque en la mayoría de los casos ocurrió lo contrario.
“Cuando se hizo el pacto, el objetivo era eliminar el tributo. El problema era que no todas las provincias cobraban la misma alícuota. Así que primero tuvieron que unificar un criterio”, explica el artículo que recuerda que en la mayoría de los casos se fijaron topes que eran superiores a los que se cobraban hasta entonces, cosa que aprovecharon varias provincias.
El caso de Salta es ilustrativo: el impuesto estaba en 3,5% pero el Pacto Fiscal puso el tope en 5% y desde ahí se empezaba a bajar. Resultado: Salta lo llevó al 5% y ahora empieza a bajarlo, aunque lo cierto es que ahora están con la misma alícuota que en 2017. Eso explica, entre otras cosas, que en Salta la presión tributaria creciera en 9 actividades y se redujera sólo en 5.
A decir verdad, de acuerdo con datos que maneja el Gobierno, tan solo cuatro provincias habían cumplido a rajatablas a mediados del 2018: Buenos Aires, Mendoza, Santiago del Estero y San Juan. Ninguno de estos estados había incrementado impuestos. Por el contrario los bajaron.
