El conflicto en Misiones lejos está de resolverse, con sectores sumándose al reclamo por salarios dignos. El Gobierno amenaza con despidos a efectivos que se unan a las protestas.
Pese a las tormentas y las inclemencias climáticas, nuevos sectores se suman al reclamo por mejoras salariales y condiciones laborales dignas. La prensa nacional señala que el gobierno misionero continúa minimizando la crisis que atraviesa la provincia, donde el acampe multisectorial va creciendo día a día.
Desde la Gobernación de Misiones, lanzan duras advertencias a los efectivos policiales que decidan sumarse a las protestas. El ministro de Gobierno, Marcelo Pérez, aseguró que los uniformados que se unan al acampe «serán echados» de la fuerza provincial.
Este jueves a las 15 horas, los diversos sectores laborales que conforman la Multisectorial marchaban hacia la Legislatura provincial para visibilizar su reclamo. Entre los últimos grupos en sumarse, se encuentran el personal de Seguridad Vial y efectivos policiales del interior de la provincia.
Los docentes son uno de los gremios que más tiempo lleva movilizándose. Belén, una maestra de grado, relató la resistencia y el compañerismo que prevalece en el acampe, a pesar del miedo y el cansancio. «Necesitamos una solución», urgió, haciendo hincapié en los múltiples roles que deben cumplir en las escuelas.
Además de los maestros, el reclamo ha cobrado fuerza en el sector de la salud. Trabajadores del Hospital de Pediatría de Posadas y del centro asistencial de Puerto Rico se han sumado, pidiendo disculpas a la población por los inconvenientes pero remarcando la necesidad de tomar medidas ante los bajos salarios.
La crisis no se limita a la capital misionera. En Apóstoles, empleados de Energía de Misiones S.A. realizan asambleas y cortes de calles exigiendo mejoras salariales. Incluso estibadores del Mercado Central se han movilizado con el mismo reclamo.
Los comerciantes de la zona de protesta han firmado una carta abierta solicitando el traslado del acampe, denunciando una caída del 50% en sus ventas debido a las manifestaciones. Sin embargo, la conflictividad social parece lejos de ceder en una provincia golpeada por los bajos salarios, la falta de financiamiento y la alta inflación.