La víctima tenía consigna policial por haber sufrido amenazas. El abusador era el oficial asignado en su casa.
En Salta, lo increíble sucede. También lo indignante. Es lo que ocurrió en la vivienda de una mujer que tenía consigna policial. Una protección brindada por la Justicia que debía cuidarla por amenazas de muerte. Sin embargo, la solución fue otro calvario: el oficial asignado a su domicilio abusó de ella.
La víctima relató lo sucedido al diario El Tribuno: «Vino un señor a las 22.30 a cuidarme. A las 23.30 me pidió permiso para retirarse. Estaba con mi hermana jugando naipes. Ella se va a la 1.30 y a las 2 me acuesto. Antes, le di lugar al policía para que se quede en el comedor y le puse la tele para que no se duerma, porque supuestamente me estaba cuidando. A las 3.15 viene este policía y me dice ‘Correte para la pared’. Cuando me dice que me corra me pregunta la hora, y me dice ‘yo me voy a acostar en la orilla’. Le dije que no puede hacer eso. ‘Usted me tiene que cuidar’. Cuando se acostó ya no tenía ropa, estaba con un boxer. Me empuja contra la pared, me abraza, me toca los pechos, quería sacarme la remera, le dije que no… Le digo ‘¿Por qué hace esto?’, y me dijo ‘Me tenté'».
El relato siguió: «Luego que termina sus suciedades vino un patrullero, le hace juegos de luces, luego suena la sirena y salta de la cama, se va a la cocina a cambiarse. En ese momento tenía el arma al lado de mi cabeza. Cuando voy a abrir la puerta me dice «qué hacés, vení, no salgas’. Igual me fui, hablé con el hombre que se bajó del patrullero y le pedí que me cambie el personal, porque este hombre me había abusado».
Todo sucedió en el barrio de Floresta. El oficial denunciado hasta se ataba los borceguíes delante del policía que había llegado a la vivienda. Se trata del cabo Rubén Martínez, que se encuentra detenido y suspendido.
«Tengo una denuncia por amenazas de muerte y ahora este problema. Hoy temo más que nunca por mi seguridad, es muy lamentable», dijo la mujer.
