El legislador libertario dijo que el Incentivo Docente no mejoró la educación. Propuso evaluaciones al sistema educativo para lograr resultados. Puso como ejemplo lo realizado en Ecuador por un adversario ideológico: Rafael Correa.
La intervención del diputado nacional por Salta de La Libertad Avanza traerá cola. En reunión de comisión realizada en la Cámara de Diputados que abordó el tema del Fondo de Incentivo Docente, dijo que una de las obligaciones del Estado es garantizar la educación pero que ello no impide analizar la forma de hacerlo a partir de resultados. “Un incentivo es algo que va a compeler a las personas que tome determinadas conductas en pos de un objetivo” dijo a modo de introducción.
“Cuando se plantearon los objetivos del FONID, eran mejorar la calidad educativa. O sea: mejorar el producto terminado del sistema educativo. A lo largo de estos 26 años hemos visto que esto no ha sido posible. Es una realidad lamentable de que existiendo un Fondo de Incentivo Docente, este se transformara en un Incentivo a la baja calidad del egresado de la escuela pública”, manifestó el libertario salteño.
Tras esas palabras, el diputado manifestó que la continuidad del FONID – a los que definió como “recursos extras” para las provincias – podría servir para que algunos gobernadores inescrupulosos “utilicen parte de la caja que deben utilizar para la remuneración docente a mantener su esquema clientelar en materia de propaganda y de presión a sus empleados para que le pongan ‘Me Gusta’ en las redes sociales”, manifestó.
El legislador salteño propuso entonces estudiar formas para mejorar el sistema educativo y propuso analizar la experiencia ecuatoriana durante el gobierno de Rafael Correa. “Está claro que no comparto la ideología del señor Correa, pero él ante el problema de la baja calidad del sistema educativo decidió tomar el toro por las astas: empezó por evaluar la capacidad de los docentes. A aquellos que se consideraba que no cumplían con el estándar mínimo se les siguió pagando su salario durante un año, se los apoyó para que puedan alcanzar los estándares requeridos y al que fracasó en el segundo examen quedó fuera del sistema. A partir de ese momento se mejoró la inversión en materia de infraestructura y pagaron salarios razonables pero el ‘incentivo’ era ex post: un premio a los resultados y a la productividad. Así la educación en Ecuador tuvo un gran salto y nos ha dejado a nosotros atrás en materia de calidad educativa”, sentenció.
En ese punto, Zapata enfatizó que para mejorar la calidad educativa se debe llevar adelante una evaluación de todos los niveles, instrumentos y recursos del sistema. “Regalar o pagar más sueldos no asegura que el dinero que aportan los contribuyentes vaya a cumplir con el requerimiento que tiene la sociedad de tener una educación de calidad. De ninguna manera aumentar sueldos mejora el resultado. Eso está visto por 26 años de experiencia”, sentenció.
