Intendentes y legisladores temen que Córdoba quede aislada ante un peronismo que se une detrás de la fórmula Fernández – Fernández. «Una cosa es quedarse afuera del peronismo dividido y otra quedarnos afuera con el peronismo unido», sostienen.
Hace menos de un mes el gobernador Juan Schiaretti vivió un domingo de gloria, aunque ahora las cosas se le complican: empieza a crecer la presión desde abajo hacia arriba para apoyar la candidatura de Alberto Fernández. Ello ocurre tras algunos reproches del peronismo cordobés por la decisión a medias de apoyar el armado de Argentina Federal.
“Es que ‘El Gringo’ anunció que trabajaría para fortalecer la tercera vía, al mismo tiempo que empujaba la salida de Roberto Lavagna y hacía un sinuoso llamado al diálogo a Daniel Scioli, que nunca se concretó. Con la chance de que Sergio Massa termine acordando con el kirchnerismo, el peronismo federal parece destinado a la testimonialidad en las elecciones”, aseguró el portal La Política Online.
Esto genera una preocupación, especialmente entre los intendentes y legisladores cordobeses que comenzaron a hacer trascender que los dirigentes de base y la militancia los presionan para apoyar a la fórmula Fernández-Fernández. El temor es doble: por un lado, preocupa volver a quedar aislado – «una cosa es quedarse afuera del peronismo cuando está dividido, y otra cosa es quedarnos afuera con el peronismo unido» sostienen desde La Docta -; y por el otro lado se recuerda que Córdoba debe renovar dos bancas y si mantiene su idea de jugar detrás de la candidatura de Juan Manuel Urtubey o Miguel Pichetto, corre riesgo de no lograrlo en un escenario de polarización.
Esta situación puede derivar en que el propio Schiaretti (que se fue de vacaciones y recién volverá cerca de la inscripción de las alianzas) quede aislado políticamente en Córdoba. La mala estrategia nacional de Schiaretti habría generado algún ruido en la relación con el senador Carlos Caserio, el principal operador político del peronismo cordobés. Caserio trabajó históricamente junto a De la Sota en el diseño de las estrategias electorales, aunque esta vez el gobernador tomó las decisiones.
Schiaretti fue el único gobernador peronista que no atendió durante todo el año los llamados de Alberto Fernández, ni siquiera cuando fue ungido candidato. El cordobés no devolvió ningún gesto, ni siquiera cuando Cristina bajó la lista. Ante esto, el ex jefe de gabinete empezó a tejer lazos por abajo y habló con intendentes y legisladores, que se mostraron más que dispuestos a moverse con independencia de Schiaretti y empujar en el territorio la fórmula Fernández-Fernández.